Hace 15 años, Eduardo Haro Teglen, sobre Felipe González, decía si lo veríamos algún día, “con un traje talar morado, pidiendo perdón”. Pidiendo perdón por haber destrozado la izquierda; por la invención del “pelotazo”, y el cambio de sentido del trabajo; por haber abandonado la “Internacional con el puño en alto”; …
…por haber enterrado las doctrinas de Pablo Iglesias, y cualquier recuerdo del Frente Popular, y sin desenterrar el hacha de la Guerra Civil. Por haber contenido los salarios, refrenado las pensiones; por haber declarado la guerra al partido comunista; por haber atacado a quienes querían juzgar a Pinochet; por haber enviado una fragata a la guerra del Golfo; por haber reconvertido el pacifismo de su primera campaña electoral en la primera guerra de la OTAN, conducida por uno de sus ministros; por haber servido al neocapitalismo, por creer en Margaret Thatcher; por imaginarse que era de izquierdas pero que la derecha le admiraría y le preferiría a los suyos propios. Por haberse rodeado de mediocres cuando gobernaba. Que pida perdón por el mantenimiento de las escuelas católicas, privadas y concertadas; por no haber llegado a tiempo a la constitución de las parejas de hecho, por no dejar terminadas las leyes del aborto. Perdón por haber influido pesadamente en la radio y la televisión. Perdón por haber hecho creer que todo eso era la izquierda, con sus conversos, sus amanuenses, sus acólitos y su inmensa soberbia política. Todo esto, y más, lo decía Haro Teglen.
A Rajoy habría que recordarle, que también debe pedir perdón por muchas cosas. Por ejemplo: cuando faltaban tan solo cuatro días para que los españoles acudiéramos a las urnas, y en una entrevista en El País (16.11.2011), lanzó una de sus claves de campaña: “Yo no voy a subir los impuestos, no”. Y en campaña decía: “Subir los impuestos hoy significa mas paro y mas recesión. Subir los impuestos hoy es darle una vuelta más a las maltrechas economías de las familias y las empresas”. ¡Buen argumento!. En su primer Consejo de Ministros, aprobó una gran subida de impuestos que afectó a las rentas de los trabajadores, del ahorro y al IBI. En meses sucesivos, su gobierno aumentó otros impuestos, entre ellos el IVA, que por primera vez subió tres puntos de una tacada. ¿Ha pedido perdón?
Rajoy incumplió otra de sus promesas al achacar al Ejecutivo de Zapatero la necesidad de esas medidas: “No me voy a quejar de la herencia que reciba”, aseguró en plena campaña, pero justificó sus primeros recortes y subidas impositivas en la brecha del déficit, que fue del 8,50%, mientras los socialistas lo habían situado en el 6%. ¿Ha pedido perdón?.
En 2010 cargó contra Zapatero, por congelar las pensiones, asegurando que los socialistas habían abandonado el Pacto de Toledo por tomar esa medida. Y campaña: “El PP está comprometido con el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones y no las voy a tocar”. Ahora ha reformado el sistema para desligar las pensiones del IPC, lo que en la práctica conlleva una pérdida de poder adquisitivo. ¿Ha pedido perdón?.
De nuevo en campaña, tampoco tocaría Sanidad y Educación: “Le voy a meter la tijera a todo, salvo a las pensiones públicas, aunque sea competencia de las CCAA, a la Sanidad y la Educación, donde no quiero recortar los derechos de los ciudadanos”. ¡Qué bonito, y qué bien sonaba!.
En abril de 2012, esas partidas sufrían un recorte de 10.000 millones de euros. Entonces no lo podía achacar a Zapatero, y a la austeridad continúa: Sanidad tendría un 35% menos de presupuesto en 2014, y Educación acumularía un recorte del 24% en tres años. A los recortes hay que sumar la privatización que protagonizaron sus barones en las Comunidades Autónomas, frente a la defensa de la sanidad pública, universal y gratuita, que hicieron en campaña, o la subida de las tasas universitarias. Lo repitieron hasta la saciedad: “No al copago en Sanidad”. Pero la realidad desde la campaña es otra: Ana Mato, la que “picó billete” por un BMW encontrado en su garaje, impuso el copago para el transporte sanitario, para medicamentos de patologías crónicas habituales, como hepatitis C o Leucemia, o las prestaciones ortoprotésicas. ¿Ha pedido perdón?. La teleasistencia a personas dependientes ya no era gratuita.
La corrupción. ¡Ay!, dichosa corrupción, cuando decíaen el programa electoral : “La lucha contra la corrupción es uno de los objetivos principales del PP, ya que el funcionamiento del sistema democrático no debe quedar nunca en entredicho por actitudes permisivas, indolentes o exculpatorias ante la gravedad de determinados comportamientos”. “La ejemplaridad y la transparencia deben presidir la actuación de quienes asumen responsabilidades públicas”, añadía en el texto, que utilizó en dos ocasiones su mayoría absoluta para evitar que él diera explicaciones en el Congreso sobre el presunto cobro de sobresueldos en B y la contabilidad paralela del partido. ¿Ha pedido perdón?.
Sobre el aborto debemos recordar al PP, secundando las movilizaciones ultraconservadoras, contra la ley del aborto, durante el Gobierno socialista; cuando se vió a Rouco Varela, encasquetarse una gorrilla para el sol, por el solideo (solo a Dios) de Arzobispo; el que en la actualidad es residente en un ático que le cuesta un pastón a la “endeudada” Iglesia, ya que al parecer no sigue el lema del Papa Francisco: “Iglesia pobre para los pobres”. ¿Ha pedido perdón?. Y “paqué”, como diría el castizo, si los españolitos tenemos unas tragaderas que nos cabe la popa del “Titanic”.
