El bailarín y coreógrafo Daniel Abreu se sube este fin de semana por primera vez al escenario del Teatro Kursaal, donde presentará ‘Venere’, su última producción (viernes 4 y sábado 5, a partir de las 21.00 horas; entradas a partir de 10 euros). Sin abandonar ese estilo tan personal que ya le hizo ganar el Premio Nacional de Danza en 2014, el artista plantea “una especie de poema de amor” que invita a reflexionar y a disfrutar a través de “la máxima expresividad del cuerpo”. Abreu huye de toda clase de etiquetas y limitaciones, además de defender la danza como un arte universal, capaz de sobrevivir a los recortes y la crisis. -Este fin de semana presenta ‘Venere’ en el Kursaal, ¿es la primera vez que actúa en Melilla?
-Sí, nunca he estado en Melilla ni en Ceuta, así que me hace muchísima ilusión. Tengo muchísimas ganas de estar ya allí, de presentar el trabajo y de contaminarme de la mezcla cultural que supongo que tiene la ciudad. También afronto esta visita con mucho respeto porque desconozco bastante cuál es el movimiento de danza que hay. Quiero presentar mi obra con el mayor cariño posible.
-¿Con qué nos va a sorprender ‘Venere’?
-No es que haga nada extraño, pero sí que trato de mostrar la máxima expresividad del cuerpo vista desde mis ojos, que no dejan de ser limitados. ‘Venere’ es una especie de poema de amor. Está narrado de una manera bastante abstracta y no gira en torno al amor romántico, sino a las afectaciones del amor en todo tipo de relaciones.
-En la obra también hay preguntas que invitan a la reflexión.
-Sí, existe la intención de que algunas escenas sugieran preguntas, incluso más que respuestas. ¿Qué he hecho yo para pertenecer? Esta es la pregunta que surge al enfrentarme a esta idea del amor que no es nada romántico. El amor simplemente es pertenecer. Es respeto, es tener en cuenta sin insistir.
-¿Es necesario que la danza tenga un significado?
-La danza que yo hago se afianza en el campo de las emociones. Se trata de una dimensión que no es lineal, como la vida. Es incomprensible e inabarcable para una mente que solo piensa en que dos por dos son cuatro. Yo creo que la crítica ha hecho mucho daño en este aspecto al tratar de imponer un sentido matemático a las cosas. La ciencia es un lenguaje más para entender el mundo, pero no habla de la realidad.
-En Melilla se va a poder asistir a su espectáculo desde 10 euros, ¿este precio ayuda a que la gente se acerque más a este arte o sigue siendo para un público muy selecto?
-Depende mucho del lugar. Hay sitios que te sorprenden por la gran afluencia del público y otros que, a pesar de que las entradas son accesibles, no existe el interés. No tiene nada que ver con que la danza sea o no aceptada por el público, sino con el interés cultural por crecer que tiene determinado sector. La danza está presente en grandes campañas de moda, en programas de televisión, con personajes públicos que vienen de este mundo… El argumento de que no llega a la gente no me sirve. En la política viene muy bien decir que la danza no tiene público, pero no es cierto.
-Es la excusa perfecta para dejar de invertir en ella.
-Sí, la excusa para todo siempre es la economía. Es un discurso barato de gente que no tiene mucha idea y que simplemente habla desde su propio interés. Tendríamos que mirar por qué las grandes compañías internacionales cuentan con excelentes figuras españolas desempeñando roles principales. Las compañías subsisten y siguen naciendo en España, a pesar de los recortes y de la idea de que la danza no tiene público.
-Finalmente, Rajoy repite como presidente. ¿Mantiene la esperanza de que se reduzca próximamente el IVA cultural?
-No soy partidario de hacer manifestaciones políticas, pero me cuestiono si en el tiempo que ha estado el PP en el gobierno de verdad no ha encontrado la manera de reducir el IVA cultural o fomentar la cultura. O de acabar con la corrupción. Si no se ha hecho ya, no sé qué se puede esperar de los próximos cuatro años. La problemática es mucho mayor que el IVA cultural.
