A primeras horas de la tarde del viernes saltaba la liebre: Ciudadanos (Cs) comunicaba oficialmente a la Asamblea de la Ciudad Autónoma su decisión de expulsar a Eduardo de Castro. Era la propia secretaria general de la formación a nivel nacional, Marina Bravo, la que registraba el escrito que ha dado lugar a la convocatoria de la Mesa de la Asamblea este próximo lunes a las 9.30 horas, para el cese como diputado de Cs de De Castro. Otra cosa es la Presidencia de la Ciudad Autónoma, donde el político local ya ha avanzado que no dimitirá como presidente de Melilla y confirmaba que denunciará a su partido ante la Justicia «por vulneración de derechos».
En el documento registrado por la formación naranja, Marina Bravo desvela que Eduardo de Castro dejó de pertenecer a Cs a todos los efectos desde el pasado 30 de marzo, por acuerdo del Comité de Garantías, es decir hace casi cuatro meses, y que desde entonces le han solicitado que entregara su acta de diputado para que el siguiente en la lista (Paula Villalobos) pasara a representar a Cs. Sin embargo, ante la falta de respuesta del melillense, Bravo ha pedido oficialmente a la Asamblea melillense el cese de Eduardo de Castro como parlamentario naranja y que este pase a ser “diputado no adscrito con la consecutiva pérdida de derechos políticos y económicos, previsto en el artículo 73.3 de la Ley de Base de Régimen Local”.
Los líos judiciales que afectan al presidente, imputado en dos causas distintas, han acabado así con su carrera en Cs. Cosa distinta es lo que pueda ocurrir con la Presidencia y ahí serán claves las posturas que adopten los dos partidos que le respaldan, CPM y sobre todo el PSOE, que a nivel nacional supuestamente no tolera el trasfuguismo. Estamos, pues, ante un primer episodio de una historia que parece va a continuar. El lunes, con la Mesa de la Asamblea, viviremos el siguiente.
