Los de nuestra generación heredamos la costumbre de ir de excursión a la “Piedra Pintos”, roca situada en las laderas del Gurugú, donde el General Pintos encontró la muerte el 27.07.1909, pocos días después de su llegada a Melilla. Había nacido en Chafarinas, el 26.01.1856. Era su Ayudante Luis Carniago Martínez, que mandaba ese mismo día el Bon. de Figueras. También Tomás Palacio Rodríguez, Tte. Coronel del Bon. de Las Navas nº 10; nacido en Santoña, Cantabria, el 21.12.1856, fallecido ese mismo día, por herida de arma de fuego en el Gurugú. Se halla enterrado en el Panteón de Margallo, fila 3, nº. 4 . Ese mismo día, 27.07.1909, Jesús Moreno Álvaro, Capellán Castrense, también murió en acto de servicio. Recibió la Laureada de San Fernando.
6.08.1909. R. Decreto, autorizando al Mº de Fomento, para efectuar el gasto de 37.497,75 ptas. con destino a adquirir e instalar un Aparato-Torreón y Linterna, para el faro de Alhucemas, e igual cantidad con destino al mismo servicio para el faro de Melilla.
13.08.1909. “En el vapor ´Cabo de Palos´, embarcó en Málaga para Melilla, el Duque de Montpensier, destinado en la Fragata “Numancia”. Le acompañaba su secretario el Conde de Pessi”. (Efemérides de Málaga y provincia, Díaz de Escobar).
17.08.1909. El General Marina declaró ante la prensa extranjera, que Europa había confiado a España la misión de civilizar a los rifeños, y hacían falta tropas para vengar los agravios que algunas kábilas del Rif habían inferido a la Nación Española. Hay que destacar que en Melilla en esas fechas había más de treinta mil hombres: 129 jefes, 963 oficiales y 29.760 de tropa. La División Disciplinaria la mandaba el General Orozco; la de Cazadores, el General Tovar; las Brigadas de Madrid, el General Alfau; la del Campo de Gibraltar, el General Morales; las de Melilla, el General Del Real, y los Cazadores de Cataluña, el General Imaz.
24.08.1909. De madrugada, salió de Melilla la 1ª media Brigada de Aguilera, hacia la Restinga. Formando la columna: el Rgto. del Rey; un Escuadrón del María Cristina, y una batería de Artillería, que hicieron la penosa jornada de 21 kms. en ocho horas, por terreno movedizo, y bajo un sol abrasador. En la Restinga descansaron aquélla noche, y al día siguiente salieron con dirección Zoco El Arbaá, distante 7 kms., donde acamparon, fortificando dicho zoco.
10.09.1909. Yilali Ben Salem Dris Mohamed el Zheruni, Bu Hamara, “El Hombre de la Burra”, alias el “Rogui”, muere en Fez tras una lenta agonía debido a la espantosa tortura de cortarle los brazos y pasearlo por toda la ciudad con los muñones empapados en pez. Más tarde lo arrojaron a un foso de leones que previamente los tuvieron varios días sin comer. Muley Hafid contempló junto a la jaula que había servido para pasear al desdichado, cómo éste “Pretendiente” a su trono era devorado por los leones. Muley Hafid reinó desde 1908 a 1912, año en que abdicó en favor de su hermano Muley Yusef Ben Hassán. A éste le sucedería su hijo Muley Yusef, que reinó como Mohamed V, desde 1956, (Independencia de Marruecos) hasta su muerte en 1961, sucediéndole su hijo, Hassán II, y a este el actual Mohamed VI.
20.09.1909. Los batallones de Cazadores de Cataluña, Chiclana y Tarifa, se despliegan frente a Taxdirt, donde los rifeños han acumulado fuerzas para su defensa, trayéndolas del Zoco el Had y, sintiéndose fuertes, contraatacan el dispositivo español. Tras intensos combates y ante la actitud cada vez más pasiva de los rifeños, el General Tovar, decide retirar las tropas de vanguardia: Bon de Cataluña, y sustituirlo por el de Tarifa. En el proceso del relevo, y aprovechando el momento de desorganización de las tropas españolas, los rifeños iniciaron un feroz ataque con la intención de envolver al bon. que se estaba desplegando. En este momento el General Tovar ordena al Tte. Coronel Cavalcanti, que auxilie al Bon. de Tarifa con su escuadrón de Caballería, dándole una total libertad de acción. Tras un rápido estudio del terreno y con tan solo 65 caballos, Cavalcanti, se sitúa en el flanco izquierdo del enemigo tras una loma. Es aquí cuando se llega al punto culminante de la batalla. Tras alcanzar la cima, Cavalcanti ordena desenvainar los sables y recuperando el grito de guerra que acompañó a la Reconquista y a los Tercios, el Escuadrón Alfonso XII, se lanza en una vertiginosa carrera que aterra a los 1.500 rifeños que, sin poder reaccionar, se ven superados y comienzan a huir despavoridos.
Tras esta primera exitosa carga, Cavalcanti solo cuenta con 40 caballos, y sus fuerzas están dispersadas. A esto se suma que el enemigo, superada la sorpresa, se reorganiza y se prepara para contraatacar. Llegados a este punto, es donde los autores contrarios a Cavalcanti, vuelcan sus críticas, acusándolo de haber provocado la pérdida de muchos de sus hombres por esta acción suicida, y dudan de las condecoraciones y reconocimientos que recibió por estos hechos, argumentando que sirvieron para tapar el desastre de la batalla. Pero lo cierto es que Cavalcanti supo reagrupar lo que le quedaba de su escuadrón, el cual se defendió disparando sus carabinas, y que gracias a su acción el Bon. de Tarifa pudo salvarse, reorganizarse y devolver ahora la ayuda a la caballería. Al mando del Tte. Coronel Moreira acuden por el mismo camino por el que había atacado el escuadrón y hacen retroceder a los rifeños. El propio Moreira, que alentaba a sus hombres caracoleando con su caballo a través de toda la línea, es gravemente herido en la acción. Aquella jornada, como en Clavijo, el Apóstol Santiago al cual invocó Cavalcanti, pareció volver a bajar al mundo terrenal para salvar a los españoles de un nuevo desastre en tierras africanas.
