Fatima Mohamed Kaddur advierte de que lo ocurrido en una piscina de Barcelona “no es un caso aislado” sino un reflejo de la falta de respeto a la diversidad religiosa
La diputada de Coalición por Melilla (CpM), Fatima Mohamed Kaddur, ha denunciado públicamente el incidente ocurrido recientemente en una piscina de Barcelona, donde una mujer fue increpada por utilizar un burkini, afirmando que este tipo de situaciones no son meramente anécdotas aisladas, sino síntomas de una sociedad que aún presenta resistencias hacia la diversidad cultural y religiosa.
En una declaración oficial, Kaddur ha subrayado que el burkini “no impide nadar, no representa un riesgo para la higiene, ni obstaculiza la seguridad”, y que su rechazo no obedece a razones técnicas, sino a prejuicios sociales:
“Lo que incomoda a algunos no es la ropa en sí, sino el símbolo de una identidad distinta. Y eso es profundamente injusto”, ha afirmado.
La parlamentaria melillense ha defendido que la libertad religiosa está amparada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y ha advertido de que usar la laicidad como excusa para prohibir expresiones religiosas visibles, como el uso del burkini, “es una forma de exclusión que erosiona los principios democráticos”.
“En una sociedad libre y plural, nadie debería tener que elegir entre disfrutar del ocio público o renunciar a sus creencias”, ha insistido. También ha alertado del peligro de que este tipo de discriminaciones se normalicen:
“Hoy es por un pañuelo, mañana podría ser por una kipá, un turbante o una cruz. La diversidad nos enriquece y nos enseña a convivir”.
Kaddur ha concluido su intervención reclamando que los espacios públicos “sean lugares de inclusión y respeto”, y ha reivindicado el derecho de toda persona a acceder a los servicios públicos “con dignidad, libertad y sin renunciar a su identidad”.