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Correr un tupido velo sobre el 24J

Más de tres meses después del intento de salto a la valla que costó la vida a decenas de personas (23 según Marruecos, más de 70 según diversas entidades sociales), aún seguimos sin saber exactamente qué pasó, cómo pasó y quiénes pudieron ser los responsables de esa tragedia. Y es importante saberlo, para evitar que se pueda repetir.
En esta parte de la frontera, España en general y Melilla en particular, no podemos lavarnos las manos diciendo que ocurrió al otro lado. Y en la otra parte tampoco deben hacerlo, porque son los primeros interesados en que no se repitan más hechos tan violentos como los que sucedieron el 24 de junio en aquel intento de entrada. Tampoco les interesa, se supone, más casos que deriven en más imágenes tan dolorosas como las de cientos de cuerpos apilados rodeados de policías marroquíes. Las imágenes de la vergüenza que simbolizaron el horror de aquel 24J.
El caso es que nadie quiere investigar aquel intento de entrada masiva en Melilla. El Gobierno de España ya ha mostrado a las claras que no quiere ni oír hablar del tema, que ha tumbado en el Congreso de los Diputados la petición de abrir una comisión de investigación utilizando la mayoría del PSOE contra los grupos solicitantes, entre ellos, curiosamente, Podemos, la parte minoritaria del Gobierno.
Y ya no solo es que no quiera, es que tampoco está poniéndoselo fácil al único que en España y Europa ha querido investigar, como es el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, que es, además, socialista, como todo el mundo sabe. Tres meses ha tardado el Ministerio del Interior en darle la información que pidió. Casi el mismo tiempo que ha tardado el ministro Fernando Grande-Marlaska en dar explicaciones de lo sucedido en sede parlamentaria. Sigue la estela, por lo tanto, de su presidente, Pedro Sánchez, que rechazó comparecer alegando que hablaría del salto a la valla en el Debate del Estado de la Nación, y luego resultó, para sorpresa de nadie, que utilizó dicho Debate para su propia propaganda partidista en busca de votos.
Pocos días después de las insuficientes explicaciones de Marlaska, que no dijo nada nuevo, hemos conocido que la Comisión Europea tampoco tiene intención de investigar lo ocurrido en su frontera, que es suya, de Europa, con Marruecos. Lo peor es que aplaude la pseudo investigación que abrió Marruecos el Consejo Nacional de Derechos Humanos de aquel país, hecha en apenas dos semanas y que, recordemos, no clarificó nada, sino que cuestionó el papel de las autoridades españolas en la contención del salto y argumentó que «vacilaron» a la hora de prestar «la asistencia y auxilios necesarios» para evitar un aumento de la violencia.
Aplaudir a Marruecos, como ha hecho Europa, es para hacérselo mirar, sobre todo después de ver su más que cuestionable proceder en la custodia de las fronteras y, especialmente, en aquel 24 de junio, con fotos y vídeos que no son compatibles con el respeto a los Derechos Humanos, con informaciones más que dudosas (entre ellas, la del número de víctimas). La guinda la ha puesto con los juicios contra inmigrantes y las condenas a años de prisión.
Está claro que aquí todo el mundo quiere correr un tupido velo sobre el 24J, la peor tragedia en una frontera española. Porque, aunque sucediera al otro lado, nadie puede olvidar que ocurrió a escasos centímetros de Melilla (según el Catastro, en territorio español) e intentando entrar aquí. El PSOE, que puso el grito en el cielo en la tragedia del Tarajal (con menos víctimas), en este caso mira a otro lado. El PP, entonces en el Gobierno, fue mucho más transparente facilitando las imágenes de lo que está siendo el PSOE. Incoherencia socialista, una vez más, en función de si está gobernando o en la oposición.

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