Miraba una piedra pulida y ovalada, cuan ovoide para zurcir, esa que se usa para domesticar a los filetes camino de la sartén o la plancha, y entonces recordé aquella otra recogida del río Adaja a su paso por la Villa de Arévalo (Ávila) que me regaló mi tía Merce dada mi obsesión por tal piedra, la que ella usaba para lo mismo, amansar a los filetes rebeldes, y tal era la piedra de color arcilla y vetas múltiples blancas, dura como tal cualidad de piedra, que la llevé a Mármoles Gámez que la estilizó dándola mayor plano de entre otros isósceles y escalenos, en una palabra, dejó una maravilla para adorno o pisa papeles más que de aplastar filetes en su forma natural. La guardé en un cambio de habitaciones y créanme ¡no sé dónde la he metido!…
Pero por eso de que, al mirar al brillante ovoide recordé de mi rodada piedra de Arévalo y de aquella otra que por su apariencia "blanca" mostraba su superficie picada de tanto rodar, cuando por circunstancia adiviné que era su interior transparente, y mira por dónde un día nefasto que me pilló envejecido (+) decidí desprenderme de ella dado su volumen y peso, y "tiréla", y "pesóme" tanto que la recuerdo con ganas, pues debiera de haberla llevado a Mármoles Gámez que gustoso me daría tal capricho; y pienso ¿y si fuera un diamante en bruto lo que tiré?… la verdad es que no debí de hacerlo. Y por eso, sólo por eso, pienso Señor Dios que yo jamás me "cagaré" en Vos, como tal ha hecho ése tal muerto de hambre actor de peor "Toledo", y eso que Dios castiga sin piedra y sin palo, (la que te espera Willy).
Y volví a pensar que, Dios hizo la tierra y todo lo sideral y por ello ¡las piedras! esas, a las que yo sin pensar gran cosa, 40 años después de cogerlas me di cuenta de que sin haberlas tenido en cuenta, eran muestras del Señor (quieras o no Willy, tu Dios) con 4.540 millones años de antigüedad, casi nada, ya que no nos damos cuenta de que una simple piedra es muestra y vejez en el tiempo ese, que a nosotros nos deja de tal manera y situación que ya quisiéramos ser piedra, aunque si seamos templos vivos de Dios.
Y toma nota Willy que, el que escupe al Cielo en la cara le cae y tú defecaste, así que prepárate…. y ¡buen provecho! por miserable.
