Estoy seguro que a muchos lectores, que echaran un vistazo al diario del viernes, día 19, le sorprendería la noticia relacionada con la detención de dos individuos y que decía así: "Agentes de la Policía Nacional detuvieron a dos individuos, de 25y 36 años de edad, y a los que constan,…
…al más joven once reseñas por robo con fuerza, atentado contra la autoridad, malos tratosen el ámbito familiar, con violencia e intimidación, apropiación indebida y reclamaciónjudicial y, al de mayor edad, un marroquí, que cuenta con 52 reseñas policiales, la mayoría por delitos contra la propiedad. ¡Vamos, dos auténticos angelitos, y por ahí andaban, más o menos paseándose por las calles melillenses! ¿Qué pasará ahora, pues como están las leyes, declararán ante el juez que, a lo peor para la ciudadanía, les enviará un escaso tiempo a la sombra y después uno y otro vuelta a sus jornadas "laborales"? Pues como estos dos sujetos,y eso lo sé de muy buena tinta, Melilla está plagada de colegas de la misma calaña y todo porque, en la mayoría de los casos,las leyes que rigen en nuestro país no permite sujetarles como corresponde a mangantes de ese nivel, chorizos que' son capaces-se ha informado de ello no hace muchas fechas- de dar una paliza a un modesto vigilante de mercancías en el Polígono Sepas que no le ha costado la vida de milagro aunque, según las noticias que tengo, ha quedado en muy mal estado físicamente.
Hablaba hace unos días con un señor de avanzada edad, que me contaba que llegó destinado a nuestra ciudad, allá por los años 60, “aquí conocí a quien sería mi mujer, formamos nuestra familia, con tres hijos, y aquí nos quedamos porque Melilla, aparte otras virtudes; siempre fue un paraíso de paz y de seguridad.- Hoy, lamentablemente, en seguridad deja bastante que desear. En la Península la cosa está igual, pero aquí se nota más porque estoy es muy pequeño.- A mi mujer, por ejemplo, ya la han tirado dos veces al suelo para robarle una vez el bolso y la otra el móvil cuando hablaba con mi hija, causándole, afortunadamente, lesiones sin importancia".
¡Mire Vd., le respondí, yo por aquellos años trabajaba en el Diario "El Telegrama del Rif:" y todas las madrugadas, sobre las tres o cuatro de la mañana me marchaba a casa -porque no ganaba para coger un taxi, que costaba 10 pesetas la carrera–, sita en el barrio del Hipódromo, andando: atravesaba el Parque Hernández, cogía por Actor Tallaví, Polavieja y General Astilleros y nadie me molestaba, encontrándome en el recorrido con panaderos que habían terminado su faena, pescadores que se dirigían al puerto para salir a faenar. Me encontraba también con parejas de la Policía Nacionalo de la Policía Local (entonces así hacían el servicio decalle, andando) y, nunca, nunca, tropecé con ningún delincuente, jamás. Hoy, a la diez de la noche, la gente no sale a la calle porque está -estamos acojonada.-Aquellas noches con actuaciones en el Auditórium Carvajal que, una vez terminadas el público abarrotaba los establecimientos de hostelería del centro.- Y lo mismo ocurría con el término de los pases en los cines Monumental, Nacional, Avenida, o de aquel teatro Ruzafa sito en Pablo Vallescá.- Pues toda aquella tranquilidad se acabó porque se haido dejando el control y la autoridad precisa y nuestra Melilla está hoy -lo he dicho ya hasta la saciedad, igual que también lo han hecho otros melillenses con sus quejas- yaquí andan a sus anchas toda la delincuencia que nos llega a diario de Marruecos, de Argelia y, ya, hasta de otros lugares.- Todavía recuerdo lo que dijo en cierta ocasión aquel que fue ministro socialista, Jesús Caldera, y todo, supongo, para cosechar votos: "En España, papeles para todos" y, claro, en España ha ido entrando -con todos los respetos que me merece la gente honraba que ha entrado- todo lo peor que cada País de Europa y, como antes he dicho, de Marruecos y de Argelia.- Ycomo están las leyes como están, pues, por lo que se ve, hay que tragárselos con cojones, y perdone la expresión, pero es que con el tema me pongo por las nubes.
