Lo que no esta recogido en las leyes es prohibido, o lo debiera, diga la jurisprudencia lo contrario. Solo se ha de invertir el mal entendido derecho de lo liberal, por el obligado de autorización consensuada y estudiada, sea por norma o ley de costumbre que, la mayoría cumple, aunque no exista. En los deportes de riesgo que no tengan legislación, tampoco tienen autorización para su práctica. Lo que hace que el hacer o ejecutar tal "deporte",contraviniendo el derecho natural a la protección de la vida. No solo es un riesgo particular que atenten contra su la vida, sino que tampoco tienen Federación que tome generales previsiones protectoras, tal cual, como el seguro de responsabilidad en accidentes automovilisticos. Por otro lado, los recursos de salvamento y riesgo de los cuerpos operativos del Estado, también corren riesgos por la imprudencia de los osados. Y esto hay que pagarlo. Pues si hay muertes en los servicios de salvamento, demasiado frecuentes, esto repercute en otras familias; luego aquí viene el cálculo frío pero lógico, ¿es necesario que en circunstancias de peligro se arriesguen más vidas, por una?…
Está claro que la postura a tomar humanista nos obliga, pero ¿hasta que punto?… La cuestión es que, la sociedad a través de sus medios, debe de pedir responsabilidades individuales o colectivas a aquellos que por placer cometen un riesgo por su propia voluntad, cargando la responsabilidad de su vida a otros profesionales, qué están para eso, conforme, pero no para arriesgar excesivamente su vida. Y esto esta ocurriendo demasiado, sobre todo en el uso o servicio de helicópteros.
Una cosa es un servicio y otra es la mental irresponsabilidad con uno mismo, sólo por no tomar precauciones en su momento, como ir acompañados de uno o unos auxiliares de apoyo y ajenos al riesgo personal.
Las federaciones deportivas existen y se supone que enseñan o asesoran, ahora bien ¿todos los imprudentes están federados y asegurados…? Con lo fácil que es, copiar del seguro obligatorio de la conducción de coches con daños a terceros. Aunque esto no quiera decir que, por tal, se pueda arriesgar la vida de otros…
