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Comunidad de Madrid registra tasa de desempleo del 9,19% frente al 12,29% a nivel nacional.

madrid

Desde hace veinte años, la Comunidad de Madrid ha adoptado políticas económicas que se basan en impuestos bajos, equilibrio presupuestario, control del gasto y reformas económicas profundas para fomentar la liberalización de la economía. Estas políticas económicas se han seguido especialmente durante el período 2003-2015, pero han continuado en la misma tendencia general desde 2015 hasta la actualidad. Como resultado, los contribuyentes disponen de una mayor renta disponible en comparación con el resto del país, lo que les permite decidir cómo utilizarla: consumir, ahorrar o invertir.

Asimismo, en Madrid las compañías hallan un entorno propicio para llevar a cabo sus iniciativas, para invertir, para progresar, para expandirse. Dentro de sus responsabilidades, Madrid despeja obstáculos y suprime impedimentos a fin de facilitar la generación de actividad productiva en la zona, como impulsor económico del país en su totalidad.

Como resultado de la generación de un mayor nivel de actividad económica, se observa un mayor surgimiento de empleo, un comportamiento más dinámico del mercado laboral, según se puede verificar en la reciente EPA publicada hace algunos días, de la que ya hablamos en Libre Mercado. En dicha publicación, se registró una importante destrucción de empleo a nivel nacional, a la vez que aumentaba la cantidad de desempleados y disminuía la cantidad de personas activas, reflejando un claro desánimo debido al empeoramiento de las expectativas.

No obstante, en medio de esos preocupantes números a nivel nacional, la Comunidad de Madrid destacaba en dirección opuesta. De esta manera, la región madrileña encabezaba la generación de trabajo, con 44.700 nuevos empleos, mientras que a nivel nacional, lamentablemente, se estaban eliminando casi 140.000 empleos.

Asimismo, mientras que en Madrid la tasa de desempleo disminuyó en ese período en 14.100 individuos, en el resto de España se incrementó en 117.000 desocupados.

A medida que Madrid consolidaba su posición como una zona de refugio para empleo, con 30.600 nuevos participantes, aquellos que entran al mercado laboral con la esperanza de encontrar trabajo, el desaliento se extendía en el resto de España, al perder 22.700 participantes.

Asimismo, en Madrid hay una mayor oportunidad laboral para los jóvenes, donde la tasa de desempleo juvenil es del 18,68%, más cercana al promedio de la Unión Europea, mientras que a nivel nacional es del 27,7%.

Como resultado de todo esto, la Comunidad de Madrid ha conseguido superar el umbral de los diez puntos y coloca su porcentaje de desempleo en el 9,19% en contraste con el 12,29% de promedio a nivel nacional.

Además, gracias a la mejor actuación de Madrid, la tasa de desempleo a nivel nacional no es más elevada. Si excluyéramos del cálculo nacional los desempleados y los trabajadores activos en Madrid, la tasa de desempleo nacional sin esa contención que ejerce Madrid aumentaría casi seis décimas y se elevaría al 12,86%.

Nuevamente, es necesario reiterar que no existe una única política económica viable. Está la intervencionista, fundamentada en una mayor intervención en la economía, aumento del gasto público, alto déficit, elevada deuda y aumento de impuestos, además de una completa falta de reformas. La otra, una política liberal, basada en la austeridad y la reducción del gasto, estabilidad en el presupuesto, una reducción ordenada y selectiva de impuestos, y la eliminación de obstáculos que permiten liberar recursos para la actividad económica productiva, generando un marco de confianza y credibilidad que dinamiza la actividad económica y el empleo.

Cada una de ellas generará resultados diversos, ya que diversas políticas arrojan desenlaces distintos. De esta manera, desde la perspectiva regional, nos topamos con algunas regiones, como Cataluña, o Valencia y Andalucía en la época socialista, que se inclinaron por la política intervencionista en contraposición a Madrid, que optó por una política liberal.

Resulta fundamental que Madrid continúe en esa ruta de impuestos reducidos y cambios profundos, sin descuidar la importancia de disminuir de manera significativa el gasto para estar más preparada frente a cualquier situación económica.

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Francisco Bohorquez

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