La Guardia Civil ha detenido a cinco individuos que protagonizaron el pasado sábado de madrugada una violenta reyerta en el Puerto Noray que acabó con agresiones a los dos agentes que actuaron en un primer momento para intentar restablecer el orden público. Los detenidos fueron juzgados al día siguiente por el juez de guardia, que impuso a dos de ellos una condena de ocho meses de prisión por un delito de atentado a agente de la autoridad y 360 euros de multa por otro de lesiones. Según informó ayer la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, los hechos ocurrieron sobre las 5.20 horas del sábado dentro del puerto deportivo, cuando una patrulla de Seguridad Ciudadana del instituto armado vio que un grupo numeroso de personas se estaban peleando «con extrema violencia». Para ello, utilizaban objetos contundentes y cristales de botellines y vasos rotos para utilizarlos a modo de arma blanca en sus acometimientos.
Los agentes intervinieron para intentar calmar los ánimos y evitar que terminaran lesionándose. Pero en lugar de atender los requerimientos de los guardias civiles, varios de los implicados en la pelea «dirigieron su agresividad hacia los agentes». A uno le arrebataron la defensa, y al otro le dieron «un fuerte golpe» en la cabeza con la hebilla de un cinturón que estaba siendo utilizada como objeto contundente en la reyerta.
Este agente tuvo que recibir asistencia sanitaria por dos traumatismos, concretamente uno leve en la región occipital del cuero cabelludo, y otro en la región pectoral derecha. Según informa la Guardia Civil, las lesiones son leves salvo complicaciones, y su estado de salud es bueno en la actualidad.
Refuerzos
Ante este panorama, y dado que la violencia que empleaban los dos bandos durante la pelea no cesaba, la Guardia Civil tuvo que reforzar su presencia en el puerto deportivo enviando más patrullas de Seguridad Ciudadana, que tuvieron que «emplear la fuerza mínima y proporcional» para poner fin a la pelea y restablecer el orden público con la detención de cinco de los implicados, dos de los cuales tuvieron que ser trasladados a Urgencias por lesiones.
Los cinco detenidos son varones de nacionalidad marroquí y edades comprendidas entre los 26 y 48 años, aunque al parecer ninguno de ellos tiene vinculación con Melilla, pues a tres de ellos les consta su residencia en Bélgica, a otro en Marruecos, y el quinto no tiene domicilio conocido.
La Benemérita, tras instruir las diligencias, imputó a todos ellos presuntos delitos de desobediencia, resistencia y atentado a agentes de la autoridad en el desempeño de sus funciones. El domingo fueron sometidos a un juicio rápido y el juez de guardia condenó a dos de ellos a ocho meses de prisión por el delito de atentado y dos meses de multa, a razón de seis euros diarios por el delito de lesiones leves.
