El paso fronterizo de Beni-Enzar restringió ayer el tráfico de peatones y de vehículos por motivos de seguridad durante dos horas para evitar que los inmigrantes que estaban intentando saltar la valla pudieran entrar por la aduana.
Fuentes policiales han informado de que el cierre fronterizo se llevó a cabo en torno a las siete de la mañana y se ha prolongado hasta las nueve, lo que ha generado importantes retenciones al ser una de las horas de mayor intensidad de tráfico entre Melilla y Marruecos.
El bloqueo fronterizo ha afectado también a decenas de trabajadores transfronterizos que a esa hora pasan a Melilla, mayoritariamente obreros de la construcción y empleados de hogar.
De igual modo, el paso de mercancías a Melilla ha sufrido un considerable retraso, lo que ha afectado especialmente al suministro de los puestos de pescado en los mercados municipales, adonde no ha llegado la mercancía hasta poco antes de las once de la mañana, han indicado fuentes de la Ciudad Autónoma.
Este cierre de la frontera ha conllevado un importante despliegue de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Jefatura Superior de Policía, ya que en la zona de tierra de nadie había una aglomeración de numerosas personas, entre ellas posiblemente inmigrantes de nacionalidad siria.
Es el segundo cierre fronterizo que se produce en el paso de Beni-Enzar en menos de una semana, ya que el pasado sábado también se produjo otro bloqueo de dos horas.