Alrededor de 200 menores no acompañados procedentes de distintas regiones de Marruecos deambulan por las proximidades del puerto y del otro lado de la frontera de Beni Ensar, a la espera de encontrar una oportunidad para cruzar a Melilla y llegar a la Península. Cerca de 300 menores no acompañados de adultos deambulan por las calles de Nador. De ellos, alrededor de 200 niños y adolescentes, de entre 7 y 17 años, se concentran en las proximidades del puerto y de la frontera de Beni Ensar, a la espera desu oportunidad para cruzar a Melilla y ver realizado su sueño de pisar tierra europea.
“Huyen de una vida miserable, víctimas de malos tratos o abandono; hay niños explotados sexualmente, y algunos que sobreviven delinquiendo. Viajan como polizones en los trenes y se instalan en el punto fronterizo y en el puerto de una forma permanente hasta que se cuelan a Melilla», explicó en una entrevista a la Cadena SER Ahmed Bohjar, presidente de la Asociación de Marroquíes Residentes en España (Aumere), que trabaja con menores no acompañados en ambas partes de la frontera.
Por su parte, según asegura la emisora, las autoridades marroquíes han ordenado a las fuerzas de seguridad que termine con los grupos de menores que esperan en la frontera.
Entre otras prácticas, organizan redadas y prenden fuego a sus pertenencias. Si consiguen detenerlos, los envían a Fez y Tánger. No obstante, a los pocos días los niños regresan al otro lado de la frontera.
