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Cientos de melillenses viven una odisea para regresar el domingo a la ciudad

Se formó anoche una gran cola de ciudadanos ante unos controles marroquíes colapsados ante tan elevado número de personas, a los que tenían que sellar y someter a cuatro filtros de documentación

Lo ocurrido en la primera semana de reapertura de la frontera entre Melilla y Marruecos nos lleva a pensar que, salvo que cambien las cosas y se flexibilicen algunas de las medidas que se han adoptado, como la obligatoriedad de sellar el pasaporte a todos los melillense que pretendan pasar a Beni-Enzar, que la ciudad tendrá en las próximas fechas su particular “Operación Salida” los viernes a partir de las 14.00 horas, con el fin de las claves lectivas, y su “Operación Retorno” los domingos a partir de las 21.00 horas, con el retorno de los ciudadanos que regresan a Melilla, unos tras pasar el fin de semana con familiares y otros tras pasar la jornada del domingo en el vecino país, haciendo turismo, compras y demás.

Cientos de melillenses vivieron anoche una odisea para regresar a la ciudad. Todo ello después de que se formara una gran cola de ciudadanos, sobre todo entre las 20 y las 21.00 horas, ante unos controles marroquíes colapsados ante tan elevado número de personas, a los que tenían que sellar el pasaporte uno a uno y someter a cuatro filtros de documentación: el primero nada más llegar al primer torno de la verja de Beni-Enzar, el segundo en la cabina de sellado del pasaporte, el tercero a escasos metros de dicha cabina y un último al llegar al torno de Melilla. En el lado español, el primer control es el de la Policía Nacional, que revisa la documentación; el segundo el de vigilantes de seguridad privada para ver si se lleva la documentación sanitaria requerida, como son el pasaporte covid, el certificado de recuperación o el test anti-covid en caso de no disponer de alguno de los dos primeros y un tercero ante la Guardia Civil, para conocer si se lleva algo que declarar.
Además, el hecho de que esté operando un único puesto fronterizo, el de Beni-Enzar, ha hecho también que la situación generara momentos de grandes retenciones, que sufrieron sobremanera los más pequeños, que tenían que regresar a Melilla para retomar la actividad escolar este lunes, así como personas mayores y enfermas, que optaron por pasar a Marruecos, muchos de ellos para ver a la familia tras 26 meses sin contacto físico por el cierre que comenzó el 13 de marzo de 2020. También hubo muchos que acudieron a hacer turismo, compras y otras cuestiones que echaban de menos tras este elevado tiempo de bloque fronterizo.
Todos se tuvieron que armar de paciencia. Los que acudieron por placer, se preguntaron si mereció la pena para después soportar tanta espera; y quienes lo hicieron por motivos superiores, como ver a la familia después de tanto tiempo, no tuvieron más remedio que resignarse sabiendo que han podido ver y abrazar a sus seres queridos después de más de 26 meses separados de los mismos por una barrera.

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Redacción

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