En España, todavía hay cerca de cinco millones de vehículos que circulan con matrículas provinciales, evidenciando su antigüedad. Según el reporte de Solera, estos autos constituyen el 13% de las reparaciones y el 11% de los ingresos para los talleres.
Curiosamente, la mayoría de las matrículas más viejas, como aquellas que inician con B, C, D o F, alcanzan más de 4,2 millones de vehículos, mientras que las más nuevas, como la M, llegan a cerca de dos millones. El análisis de la letra de la matrícula posibilita que los talleres evalúen la antigüedad y el potencial de rentabilidad de los clientes. La matrícula que resulta más «rentable» para los talleres es la L, con un 13% de representación en el parque automotor y concentrando el 27% de la facturación. También se destacan las matrículas M, las cuales, a pesar de constituir menos del 7% de los automóviles, representan alrededor del 15-16% de la facturación y los arreglos.
En este análisis se pone de manifiesto la relevancia de la inscripción como señal de posibilidades para la industria de arreglo de vehículos en España.