Platón decía de los poetas, que dicen las cosas más hermosas sin saber porqué las dicen, y mucha veces sin saber que las dicen. Yo sin ser poeta, -solo aficionado, no chirle-, los artículos sobre los Héroes y los Mártires, son mi realismo natural por la emoción que siempre intento transmitir a los lectores.
Hay que pensar que todos los que se hallan enterrados en La Purísima son los que mueven los abanicos de la Gloria-Patria, los que orean nuestros adormilados corazones, porque la honra de la Patria, y de nuestros soldados que dieron sus vidas por España, y por ende por nuestra ciudad, vale más que la propia honra de uno mismo; por eso mismo cuando reivindico que nuestro Cementerio sea denominado: “Cementerio Nacional de Héroes”, no quiero parecer como un “David con honda” que le lanza una piedra al “Goliat” político de turno, ya que solo soy un españolito de pinrel, con la uniformidad de la vejez y para algunos, el respetable aspecto de mis canas: solo eso, y nada más. Sí, quizás pueda esto parecer algo así como una arenga chauvinista-patriotera, cosa que me importa un bledo, por no decir un carajo, pero sí que tengo la firme convicción de mi lealtad a unos principios patrios, morales y a la devoción hacia nuestros Héroes y Mártires, que descansan en esas tumbas y panteones, que fueron los que dieron sus vidas en defensa de la españolidad de nuestra ciudad. A ellos jamás los veremos, como imágenes que son de nuestra Historia, levantarse de sus sepulcros, pidiendo cuentas por el olvido que han estado durante tantos años. Quizás, si alguna vez lo hicieran, sería con pena y dolor por la desidia y la demagogia, a que los teníamos tan acostumbrados.
Si nombramos al Cabo de Cañones, Antonio Mesa Fernández, al Marinero Preferente, Salvador Alarcón Cueva, y al Marinero, Emilio Vaquero Gutiérrez; los tres pertenecientes al “Cañonero General Concha”; algunos se preguntarán quiénes fueron estos Héroes. Pues según el libro: “La Impronta Militar en el Cementerio de Melilla”, de Eduardo Sar, e Isabel Migallón, en su página 115, dice que el 13.06.1913, y debido a una especial niebla, el buque de guerra “General Concha”, embarrancó en la ensenada de Bosicut, cerca de Alhucemas. El buque fue asaltado por los rifeños y aunque se enviaron desde Melilla varios barcos en su ayuda, no fue posible sacarlo, por lo que se optó por bombardearlo al día siguiente por el buque de guerra “Reina Regente, a fin de que su carga no cayese en manos enemigas.
Aprovechando la noche, el cañonero “Lauria”, envió un bote, y del “General Concha” partió otra lancha con supervivientes, patroneada ésta por el Cabo de Cañones, Antonio Mesa Fernández. Las bajas del “General Concha” fueron: 12 marineros fallecidos y 15 heridos, y 13 prisioneros que posteriormente, y previo pago, -como era costumbre por aquél enemigo-, obtuvieron la libertad. Estos tres marinos, se hallan enterrados en la parcela 18, fila 7, números 28, 29 y 30, respectivamente.
La verdad es que, ante tantos hechos heroicos que han llevado a cabo nuestros militares, de todas las graduaciones: desde el General D. Guillermo Pintos Ledesma, que el 27.07.1909, cayó en la falda del Gurugú, por una bala de un francotirador, al cornetín de orden, del Rgto. Cazadores de Alcántara 14, que cayó junto al Teniente Coronel D. Fernando Primo de Rivera, en la famosa Carga del Río Igan, el 23.07.1921; yo, muy humildemente, proclamo a ¡¡VIVA VOZ!!, que el verdadero honor de nuestra Patria siempre ha pertenecido a nuestros Héroes y Mártires; solamente a ellos, que son los que descansan en La Purísima; y los que están vivos solo lo usufructúan. Claro que unos con más voluntad que otros. Curiosamente deben saber que el lema de aquélla unidad de Caballería era: "HOEC NUBILA TOLLUNT OBSTANTIA SICUT SOL"; que traducida es: “Cabalga como el Sol, disipa las nubes a su paso”.
Así que, en espera de que algún día nuestro Cementerio sea declarado: “Cementerio Nacional de Héroes”, aquí me tendrán junto a nuestros Héroes y Mártires, que es de merecer sepan ustedes quienes fueron y como cayeron defendiendo nuestra idiosincrasia, nuestra cultura europea, y la españolidad de más de cinco siglos, de nuestra ciudad, Melilla.
