Estas cartas, procedentes de La Purísima, todas están llenas de profundas esencias, y de gratos sonidos, que a todo buen español, y melillense en particular, nos llegan hasta nuestros corazones. Algunas vienen cargadas de entorchados, y merecidas medallas, porque los que las portan en sus pechos, fueron grandes estrategas y héroes, cuyos nombres figuran en las…
… páginas gloriosas de nuestra Patria. Otras, más humildes, son las de los soldaditos anónimos, los pipiolos, que vuelven al más puro seno de donde fueron paridos: sus pueblos y ciudades, como la de estos tres soldados de Infantería, del Batallón de Cazadores de Llerena, nº 11, y dice así:
“Queridos melillenses: Me llamo, Pedro del Cura Cristóbal; y soy soldado de Infantería, del Bon. de Cazadores de Llerena, nº 11. El 27.07.1909, en el Barranco del Lobo, me mataron los moros, de varios tiros en la cabeza, y en el pecho. Os estoy escribiendo desde el Panteón de Margallo, aquí, en este precioso jardín, que tenemos como Cementerio. El pueblo donde nací, es un aldeorrio que se llama: Valdevacas de Montejo, muy cercano a Villaverde de Montejo, en la provincia de Segovia. Según me decía mi madre, ella me parió en una casa, entre las calles Pozo y Real. Tengo a mi lado a Mariano Delgado Barrón, avulense de nacimiento, de mi misma edad, y perteneciente al mismo Batallón; muerto el mismo día y en la misma circunstancia que yo, de varios disparos, que un moro francotirador, apostado en esos peñascos malditos, de este Gurugú, montaña que cierra el horizonte a nuestra ciudad, hacía traicioneramente. Mariano siempre está hablando de las yemas de Santa Teresita de Jesús, la que él llama “La Santa”, que su madre, cuando lo visita le trae una bandejita para que los demás las probemos. También se ha acercado, Francisco Farelo Fuentes, compañero nuestro de Batallón. Paco es labrador, y dice que tiene 23 años, pero ignora el pueblo donde nació; por eso el pobrecillo no para de preguntar a todo jefe u oficial que se encuentra en estos pensiles del camposanto, si saben el pueblo donde su madre lo trajo a la vida. Como ya digo anteriormente, Mariano y yo llegamos aquí el 27 de julio, pero Paco Farelo apareció junto a nosotros el 5 de octubre de ese mismo año. Dice que el tifus pudo con su salud, muriendo a las 4,20 de la tarde de ese 5 de octubre, en el Hospital del Rey. Yo solamente les ruego, que cuando vengan de visita, si pasean cerca de nuestras tumbas, no dejen de saludarnos, aunque sea con una sonrisa. Nosotros siempre se lo agradeceremos. Reciban un abrazo, con todo el cariño, de tres soldados de los Cazadores de LLerena, nº 11”.
Al esplendor sumergido en las tumbas, de estos héroes, todos debemos abrirles puertas y ventanas, para que salga, con todo el honor que merecen, como una corriente persistente y vital, y de claridad, sin misterio alguno. Y para tener encendida la llama de mi perenne petición, repito que el Cementerio de La Purísima, debe denominarse: “CEMENTRERIO NACIONAL DE HÉROES”. También si desean leer el “Pedimento de la Virgen de la Victoria”, solo deben escribir: http://.pedimento.blogspot.com.es/
