Querida lectura: Se fue el tórrido verano con sus largos días y cortas noches y tantas desganas. Sólo se nos apetecía el mar y eso que cada vez se nos empequeñece más, ya que el entorno así lo quiere. Luego llego el otoño, ¡qué otoño!. Y seguimos pensado en pequeños lagos que nos acariciaran y los arboles con sus frescas sombras. Pero estos son sueños de…
… rosadas leyenda que tienen el poder las fabulas y poesía. Llega el invierno. Diviso el sol que no se deja admirar, pero si las lejanas nubes grises rosadas ¡es tan bello contemplar!…
Abro un libro, lamento haberlo tenido olvidado y pienso como Borges: “Otros se vanagloriarán de lo que han escrito y yo me vanaglorio de lo que he leído”. Yo, ni lo uno ni lo otro, me gustaría saber escribir tantas cosas…y leer cada vez más.
Me apena pensar que no tendré años para empalagarme de tanto saber cómo dan los libros.
Leer es dejar lo terrenal, viajar sin prisas, sin temor, sin guías, sin aglomeraciones ni empujones,… Es emocionarse ante lo sublime de todo lugar, admirar lo pasado. Creo que me siento humillada de no poder a tantos creadores agradecer tantas enseñanzas. Pero existe Dios, que he aprendido a leer y por tanta personas interesadas sin recibir nada a cambio por transmitir este don. Cuántas personas viven y mueren sin este don, ya lo dijo San Franciscos de Asís: “El que enseña a los demás brillara más que las estrellas”.
Que cierto es que los libros no piensan, pero ayuda a pensar. Las puertas de la sabiduría están cerradas, la verdadera libertad está en la lectura en los libros. Querida lectura, el invierno está despuntando con sus días luminosos; otros de rugidos vientos; de aguaceros que nos invitan a leer. Es un placer, tener un libro que leer es como un viaje que comienza con inquietud y termina con melancolía Palabras de José
Vas consuelo. A pesar de todo…, os deseo un feliz invierno y recapacitar que la lectura es como dijo un pensador: un viaje para los que no pueden coger el tren.
Un beso fuerte de ADELAIDA
