Hoy, veía la tele, y mira por donde el invitado era José María Carrascal, el periodista y presentador que siempre nos mostraba una corbata llamativa diferente; hoy a sus 87 años, se nos presentó con otra de sus corbatas, fondo negro con lunares rojos, no sé si como premolición política por aquello de la toma del poder en Barcelona por los separatas de la CUP o como presentación intencionada por augurar que le estuviera yo viéndole, conociendo de la universal opinión de El Candil, en la muy loable y benemérita (bene meritus) prensa de Melilla Hoy en día.
Pero hablemos de Carrascal, que nos sorprendió, y digo sorprendió por aquello de esperar ver a una persona achacosa y echa polvo, no más equivocado mi pensamiento que, ahí estaba él tan campante y sin lentes, y con su desparpajo de siempre a razón de su mentalidad ágil actualmente, con paso agil y seguro. Y es hecho este que me recordó al nuestro inamovible presidente de partido y Ciudad, J.J. Imbroda, pero sin corbata vistosa, que es él muy elegante haciendo respeto al lugar que ocupa tal y como los preceptos del Congreso "aconsejan", y como tal prometen que no juran. Por eso, sólo por eso, augura también que, tiene campo abierto a otras legislaturas, pués ahí está como La Puerta de Alcalá, miradlo bien, tan jacarandoso y apuesto a la vista de las mujeres, sus sienes cargadas de plarteadas mieses (perdón digo, canas) y pelambrera a lo Puigdemont (me mata) aunque cercano a San Antonio. Hay que tener en cuenta que con sus ¿75? años y su agilidad mental, es inviable que le desmonten, pues a la vista está que, es alfil en el ajedrez del Estado ha mantener sano y salvo; muestra de ello es que la oposición echa ya mano de todo aquello de jugada de taur de poker, sacándose de la manga tontería tras tontería que no pruducen nada de nada para el pueblo ¡todo! de Melilla. Hemos de considerar que en un momento dado toda población, simple cívita o capital, tienen que iniciar trasformaciones según avanzan los pueblos, y cuando algo altera el panorama , sea económico o étnico, hay que tomar medidas bien sea por el medio impositivo o por el urbanístico, siempre dentro del carácter nacional para evitar sanciones lógicas o articulado que por Constitucional sea expeditivo, poniendo las "cosas" en su sitio. Por éso, solo por éso, hay que seguir manteniendo la estabilidad política y los filtros necesarios, aunque la oratoria anti-España exponga imbecilidades por naturaleza contrarias al derecho y soberanía de los españoles, queriendo hacer ver de derechos que se dicen humanos, por todo aquello que se haga para evitar más "negocios" sean de exclavos (pateras), humanos invasivos o narcos que, tanta vidilla dá a los amorales y racistas servidores contra, no solo a la legalidad vigente, sino contra la propia idiosincracia de la Nación. ¡Y hasta ahí podiamos llegar! diga la ONU misa o sermón, y la Europa del otro lado de los Pirineos que acomode sus tierras para cubrirlas con los "asaltantes" procedentes de allede sus antiguos territorios africanos, y no que tengamos que ¡cargar! nosotros (España) con sus escombros. Menos capitalismo y más racionalidad.
