Balearia ha rechazado las acusaciones que se han vertido contra la compañía acerca de que el nuevo contrato marítimo que ha elaborado el Gobierno de la Nación para garantizar las conexiones marítimas de Melilla con las ciudades andaluzas de Málaga, Almería y Motril (Granada) esté “amañado” o “hecho a medida” para favorecer a la naviera.
El presidente de la naviera, Adolfo Utor, que ha querido en rueda de prensa “lavar la imagen” de la compañía por haber quedado “en entredicho” debido a estas supuestas acusaciones, intuye que estas “afirmaciones absolutamente falsas” responden a “una mezcla de todo”: desde el temor de que ‘Armas Trasmediterránea’, la naviera que también opta al contrato, crea que “no puede ganarlo”, hasta un “componente político y partidista”.
Con respecto a este último punto, Utor ha instado a las correspondientes autoridades políticas que dejen a un lado “las batallas políticas” y vayan “de la mano para mejorar las conexiones marítimas” en la ciudad.
Para desmentir estas acusaciones “malintencionadas”, el presidente de Balearia ha anunciado que la naviera rehúsa a presentar el barco de nueva construcción ‘Rusadir’ para revalidar la adjudicación el contrato marítimo por varios motivos, destacando entre estos el de impacto medioambiental. De este modo, arguye que pese a que el Rusadir es un buque 100% eléctrico, a ojos de la Organización Marítima Internacional (OMI) está “exento del indicador que mide la relación de CO2”, que conlleva 10 de los 20 puntos en este ámbito.
Por lo tanto, concluye que las condiciones del concurso “penalizan” a Balearia más que favorecerla.
Ante esto, han optado por presentar el Hypatia de Alejandría, un barco de cuatro años valorado en 100 millones de euros, y el Sicilia como “barco alternativo” para que la oferta fuera “más competitiva” y tengan “más opciones” de ganar el concurso. No obstante, aseguran que se muestran “dispuestos” a que el Rusadir retome la línea con Melilla en el caso de que la naviera vuelva a ser la adjudicataria del concurso.
Además del cambio de buque, la compañía ha reducido su oferta económica de 20 a 13,5 millones de euros anuales para presentarse al concurso, así como una reducción del 25% de las tarifas máximas para los pasajeros “a pesar de los pesares”.
El máximo responsable de Balearia asegura que “le cuesta entender” los motivos que han impulsado a Trasmediterránea a impugnar el nuevo contrato marítimo, rechazando la afirmación de que se pueda crear una situación de “monopolio” como teme la empresa, ya que aclara que actualmente no se da una situación de “posición dominante” con el nuevo contrato, sino que está todo “acotado”. No cree que dicha impugnación pueda paralizar el proceso de adjudicación del mismo y señala que puede darse el caso de que la compañía rival gane el concurso que ha impugnado.
A preguntas de los periodistas sobre las desavenencias de la Ciudad Autónoma respecto al nuevo contrato, Utor asevera que este nuevo contrato “no es diferente” al que se han presentado en “los últimos lustros”.
“Siempre ha sido igual y ha tenido la misma composición por la oferta económica y puntos”, sostiene. Es más, considera que este concurso “ha innovado poco” respecto al anterior. “Lo único que se ha innovado es poner más dinero”, señala, lamentando en este sentido que “siempre existe un cierto temor a innovar”.
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