A eso se ha tenido que llegar por no haberse tomado las medidas oportunas a su debido tiempo contra los autores de las frecuentes agresiones -apedreamientos y otras salvajadas- a los autobuses de la empresa de transportes C.O.A.
Según publicaba "MELILLA HOY" en su número del miércoles, día 5 la citada empresa está a la espera de recibir la subvención de la Ciudad Autónoma para adquirir dos cabinas para instalar en vehículos que hacen el servicio en las líneas 5 y 6, que servirán de protección a los conductores ante los apedreamientos que sufren en los barrios Las Palmeras, la Cañada de Hidúm o Reina Regente…- ¡Hala, y después de ello a seguir prestando el servicio como si no hubiera pasado nada…!
¿Creen las autoridades competentes, la ciudadanía en general que con esa medida se acabarán las salvajadas…? Yo no. Los chicos, y no tan chicos -por las noticias que yo tengo- seguirán con sus acciones vandálicas y el día menos pensado no serán los conductores de los autobuses los que resulten dañados, una vez protegidos por las cabinas en las que irán haciendo su trabajo, sino cualquier pasajero en los que impacte una de las piedras que se lanzan, yendo a para contra él, bien en la cabeza o cualquier otra parte de su cuerpo.
Pues la instalación de esas cabinas protector apara los conductores, como la suspensión del servicio durante equis tiempo a los sectores citados del servicio que hace dicha empresa (a consecuencia de los apedreamiento) se habrían evitado si, como tengo entendido se hubiera actuado contra los agresores con todo el peso de la Ley dado que al parecer, varios de ellos están más que localizados.- Unos agresores., además, que son de sobra conocidos por gran parte del vecindario de los repetido barrios. ¡Pero no, a la hora de colaborar con las autoridades prefieren guardar silencio -por temor a represalias y sí, por contra, exigir que el servicio que le presta la empresa automovilísticas no lo suspenda por muchas agresiones que sufran sus vehículos sus conductores y los viajeros que transportan, como ya se ha dado el caso, hasta que cualquier día, en uno de esos apedreamientos la cosa sea de graves consecuencias. Pues nada, sigamos pasándonos las leyes por el forro de los calzoncillos que ya veremos dónde iremos a parar con tanta benevolencia con quienes no la merecen y sí el castigo correspondiente por el delito que cometen.
