Melilla ha celebrado este año el aniversario de la Constitución Española con novedades. Además del acto tradicional ante el monolito de la Plaza de España, la Ciudad Autónoma organizó otro nuevo, el izado de una bandera nacional en el Dique Sur. La idea era buena. La intención, también. Pero, lamentablemente, ha pasado sin pena ni gloria. Quienes se encargaron de organizarlo en la Ciudad Autónoma han demostrado que no saben hacer su trabajo o, en este caso, no han tenido el acierto necesario.
No hay más que ver el escaso poder de convocatoria que tuvo este acto que, según el presidente Eduardo de Castro, era “histórico”. Apenas una quincena de personas había entre el público, periodistas aparte. Y entre ellas, varias que estaban allí por casualidad, ya que reconocieron que se habían encontrado con el acto en mitad de su paseo por el Dique Sur en un día festivo y se quedaron para curiosear.
Un dato llamativo: hubo muchas más interacciones en las redes sociales de los medios de comunicación locales que personas presenciando el izado de una bandera en el Dique Sur. Un hecho simbólico que tampoco era novedoso, porque el 12 de octubre alguien se encargó de colocar una enseña nacional en el mismo lugar, aunque más pequeña y de manera más rudimentaria y discreta, sin mástil ni autoridades ni himno nacional en directo.
En definitiva, el Gobierno de Melilla, no sabemos si el conjunto o sólo su presidente, quería anotarse un tanto izando una bandera de España en la misma frontera con Marruecos, que será bien visible por todos aquellos que entren y salgan del puerto de Nador, en un momento en el que el país vecino está más empoderado que nunca frente a España, afilando sus históricas reivindicaciones soberanistas. Responder a esas provocaciones izando con orgullo nuestra bandera era el objetivo. “La bandera deja patente dónde estamos. Estamos en territorio español por si algunos todavía no quieren asumirlo”, dijo De Castro para corroborarlo.
Qué duda cabe que la respuesta habría sido más contundente con cientos de melillenses presenciando el izado. No pudo ser porque los melillenses que se han quedado en la ciudad este puente no se enteraron del izado de la bandera. En la Ciudad Autónoma no publicitaron el acto ni lo dieron a conocer con suficiente bombo y antelación.
Fracaso de convocatoria. Pero no sólo entre el público. También entre las propias autoridades melillenses. De los 25 diputados que tiene la Asamblea de Melilla, sólo acudieron 13. ¿Y los otros 12? No todos estaban de puente, algunos aparecieron después en el acto del monolito. Pero la gran pregunta es por qué no fue ninguna autoridad de la Delegación del Gobierno, empezando por la delegada, Sabrina Moh, que sí acudió al homenaje de la Plaza de España. ¿Acaso prefirieron no ir al izado de la bandera de España en territorio español para no enfadar a Marruecos? Y, si fuera así, ¿fue una orden de Moncloa, o lo decidieron desde aquí? Invitados estaban, según De Castro. Incompatibilidad de horarios entre ambos actos no había. Por experiencia, probablemente nos quedemos sin respuesta y habrá que intuirla.
