Atraco fiscal: La mitad del sueldo de la clase media se va en impuestos y cotizaciones.

Foto atraco

La clase media en España enfrenta una carga fiscal del 52,4% de sus salarios, con un aumento de 127.744 millones desde 2019. Este incremento, bajo el gobierno de Sánchez, es considerado como un «atraco» fiscal, que afecta severamente a los hogares.

La mitad del sueldo de la clase media se va en impuestos y cotizaciones de ámbito nacional. Aún es mayor el “atraco” si se cuentan los impuesto locales y autonómicos.

Daniel Lacalle, doctor en economía y profesor de IE Business School, ha afirmado recientemente lo siguiente: «Sí vemos el informe de la OCED, tienes el coste laboral total, que incluye lo que se llaman las cotizaciones sociales o impuestos al trabajo, y los impuestos que se van pagando y no es solamente normal, sino que, en el caso de España en el último informe de la OCDE, detrayendo todos los impuestos al trabajo, básicamente la cuña fiscal es un 40, 2% en un salario mediano«. El constante aumento, durante el gobierno de Sánchez, de la cuña fiscal «no es una novedad», «desafortunadamente es una tendencia» afirmó también Lacalle.

Ejemplo del atraco a un sueldo medio en España

El esfuerzo fiscal de la clase media roza el 55% del salario completo: 21.607 euros por contribuyente. La carga fiscal ha crecido en 127.744 millones desde 2019. No deflactar la inflación en el IRPF ha supuesto un golpe de 563 euros por contribuyente.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha declarado recientemente (el gobierno siempre tiene alguna explicación preparada) que el incremento de las recaudaciones se debe al aumento de contribuyentes y cotizantes, aunque los datos no le dan la razón.

El informe de la Comisión Europea sobre fiscalidad en el continente en 2024, basado en datos de 2019 a 2022, afirma que: “España ha tenido el mayor incremento de la carga fiscal de la UE”. Añadiendo los datos de los años 2018 y 2023 (con lo que se abarcaría todo el periodo de gobierno de Sánchez y sus socios), se constata que España es el tercer país de la Unión Europea donde más ha aumentado la carga fiscal, pero el primero de las grandes economías del continente.

La carga fiscal en España ha aumentado en 127.744 millones de euros en términos nominales. Ajustando por inflación, el incremento real asciende a 59.461 millones. Con una población de 48,6 millones de habitantes y 19,3 millones de hogares, el incremento de la carga fiscal con Pedro Sánchez equivale a un pago adicional de 2.627 euros por persona o, descontando la inflación, un esfuerzo de 1.223 euros (en términos reales).

Ejemplo

La suma de las cotizaciones sociales, el Impuesto sobre la Renta (IRPF) y el IVA tienen un impacto directo sobre el salario bruto promedio (39.480 euros actualmente) de 18.865 euros anuales en forma de impuestos. En concreto, el trabajador con el salario promedio, el más generalizado entre la clase media, debe asumir un descuento de 9.243 euros de cotizaciones a cargo de la empresa, 1.959 euros de cotizaciones a cargo del trabajador, 4.270 euros de Impuesto sobre la Renta y 2.942 euros de IVA. Todos estos “hachazos” suponen gravar el 47,8% del sueldo de cada trabajador.

Si se añaden otros impuesto municipales y autonómicos, el porcentaje se eleva hasta suponer el 52,4% del salario, a razón de, aproximadamente, 21.607 euros anuales por cada contribuyente de clase media. Para que este trabajador pueda gastar 100 euros, la empresa que lo emplea debe haber abonado previamente unos 191,57 euros en obligaciones sociales.

Los datos ponen en duda la afirmación del Gobierno de coalición de que el IRPF “no ha crecido”, presentada con datos referidos a su tipo medio. Sin embargo, el dato es engañoso, al tomar en consideración a millones de contribuyentes de rentas bajas que no abonan este tributo en la práctica, lo que evidencia que realmente ha aumentado un 13% bajo el mandato del gobierno actual. Aunque las bases imponibles sobre las que recae este gravamen han subido un 30% (al haber más cotizantes), los ingresos obtenidos por este tributo han crecido un 47%, es decir, un 57% más. Tal incremento se explica por la no deflactación del impuesto, que supone una subida encubierta de la presión fiscal.

El gobierno, en su afán confiscatorio (necesario para poder continuar con sus políticas populistas y a favor de los nacionalistas, de los que dependen para mantenerse en el poder), sigue afirmando (tomándonos por tontos) que en España la presión fiscal sigue por debajo de la media europea, para justificar su intención de subir más los impuestos, con el objetivo de lograr lo que llaman “armonización de nuestra presión fiscal con el promedio europeo”. Con estos planes, subir entre dos y cuatro puntos la presión fiscal supondría aumentar la recaudación en 44.940 millones de euros, un incremento equivalente a 2.747 euros por hogar.

 

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