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Apariencia y realidad

“Las personas no son ridículas sino cuando quieren parecer o ser lo que no son” (Giacomo Leopardi, 1798-1827, poeta y erudito italiano). “Si un hombre te dice que pareces un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos, mírate a un espejo” (proverbio árabe). Las dos frases anteriores son indicativas de la diferencia existente entre lo que parecen las cosas o acciones (o nos quieren hacer ver que son) y lo que realmente son.

Subida del salario mínimo
La nueva subida del salario mínimo que propugna nuestro actual gobierno parece, si no se profundiza un poco, una buena medida, porque ¿a quién no le parece bien que los que ganan menos puedan aumentar un poco sus ganancias? Es, por tanto, una buena medida en apariencia, pero en realidad, si vemos el contexto en el que se quiere llevar a cabo, es una muy mala opción. El contexto es: un IPC disparado; una economía española con graves problemas estructurales (excesivamente dependiente del turismo, la restauración y la construcción); múltiples empresas cerca de la suspensión de pagos (ahora llamada concurso de acreedores); una renta per cápita muy inferior a los principales países europeos; empresas ganaderas y agricultores pensando en cerrar el chiringuito por no poder soportar los costes de la luz, el gas, las materias primas, los nuevos impuestos de Pinocho, etc.
Si el gobierno vuelve a subir el SMI se pueden producir (más bien, se producirán) despidos en masa (muchas empresas, especialmente las pymes, que están al límite, no podrán soportar más costes), algo que Pinocho y sus socios, que no viven en Marte, también pueden ver.
El gobierno, en una medida desesperada más para recuperar terreno electoral antes de las próximas elecciones, nos vende algo en apariencia bueno que tendrá un efecto real malo, que será la subida del número de parados. Pero Pinocho confía que el “efecto paro” sea después de las elecciones y el “efecto votos” se produzca antes.

Bono de 400 euros a los que cumplan 18 años en 2022
A Pinocho le llaman “camello” (ver el primer párrafo) cada vez más personas, pero el se mira al espejo y se sigue viendo como un potro de carreras. Está atrapado en sus propias mentiras y manipulaciones. Una más de sus cada vez menos disimuladas manipulaciones: el bono cultural joven 2022. El 99,9 % de los españoles sabemos que es una medida para intentar captar el voto de los nuevos votantes. La realidad es tozuda y nos indica que es una medida electoral de Pinocho (PSOE) y compañía (Podemos) pagada, eso sí, con nuestro dinero; pero él vende una apariencia de preocupación por la cultura y la juventud que se desmonta fácilmente con la siguiente pregunta: ¿No deben tener acceso a la cultura, por ejemplo, los chicos de 14, 15, 16 o 17 años?
Ex ministra socialista Maria Antonia Trujillo ataca la españolidad de Ceuta y Melilla
Si nuestro incómodo vecino marroquí no estaba ya bastante “subidito” ante la debilidad de Pinocho y su gobierno, aparece una ex ministra del PSOE para abogar por, según se puede extraer de sus declaraciones, la entrega de ambas ciudades españolas a Marruecos.
María Antonia Trujillo, en unas jornadas en Tetuán (Marruecos) manifestó que Ceuta y Melilla son «vestigios del pasado que interfieren en la independencia económica y política de este país y en las buenas relaciones entre los dos países».
Las declaraciones han causado una gran indignación en ambas ciudades. En el caso de Melilla no solo en los partidos de la oposición, como PP o Adelante Melilla, sino también en el propio PSOE local y en el presidente de la Ciudad que gobierna en coalición con los socialistas y CPM.
El PSOE melillense dijo que estas expresiones «son falsas e inaceptables», Imbroda que son “deleznables”, De Castro que “son desleales” y Azmani que Trujillo “es un peligro” para los intereses de España.
Se echa de menos, y es algo muy preocupante que no sorprende a casi nadie, que Coalición por Melilla no haya condenado las declaraciones de la exministra.
La que fuera ministra con el “tonto político” llamado Zapatero, que tanto daño hizo y sigue haciendo a España, demuestra, con sus declaraciones, que la realidad y la apariencia suelen ser distintas. Pese a que la historia y la realidad son claras: Ceuta y Melilla existen antes que Marruecos y este nunca podría reclamar su soberanía. Muchos políticos defienden en apariencia la españolidad de ambas ciudades, pero la realidad es que (especialmente en el PSOE y en Podemos) preferirían entregarlas y se acabó el problema. Esta vez se le ha “escapado” a esta exministra lo que piensan realmente, por desgracia, algunos de nuestros gobernantes presentes y futuros.

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