Una de las secuencias más señaladas de la programación de los festejos patronales, por lo que conlleva de reconocimiento a un ciudadano de pro es, sin duda, la gala en la que se proclama al Melillense del Año. En esta edición, el reconocimiento ha recaído en el prestigioso periodista, Antonio Rubio, quien anoche y en el transcurso de un acto celebrado en el salón más noble del Palacio de la Asamblea recibió la distinción de manos del presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, acompañado de la práctica totalidad de miembros del Gobierno de la Ciudad y ante las ausencias de los representantes en la Asamblea melillense de CpM, PSOE, y C´s. Un aspecto festivo ofrecía ayer el salón dorado del Palacio de la Asamblea en el que se reunieron 90 comensales en torno al flamante Melillense del Año 2015.
Un grupo encabezado por el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda; el delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani y el comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, entre otros representantes parlamentarios, judiciales, religiosos, sociales, culturales o de diversos colectivos de la ciudad, arropó con su presencia el significativo acto por el que se reconoce la trayectoria de aquellas personas que por nacimiento o adopción “hacen gala, -tal como dijo Imbroda-, de los valores que distinguen a nuestra casa común, Melilla”.
Tras resaltar los méritos, trayectoria, buen hacer profesional, aportaciones en diversos campos, galardones y premios del doctor en Periodismo, Antonio Rubio, el presidente de la Ciudad Autónoma resaltó que “con este galardón de Melillense del Año queremos seguir comprometiéndole, si cabe, aún más en esa noble tarea que es la construcción desde el conocimiento de Melilla. Un empeño siempre arduo, pero siempre apasionante. A el le emplazo, muchas gracias y enhorabuena”.
Melillense del Año 2015
El galardonado tras agradecer la mención recibida. “Para alguien que ha nacido aquí, ha vivido aquí, en el barrio Industrial, junto a las vías del tren que traía el hierro de las Minas del Rif. Y se ha formado aquí, en la Divina Infantita y en el Instituto, con mis compañeros judíos y musulmanes, y además ha trabajado con la comunidad hindú, en Buda, es un gran orgullo que tu gente se acuerde de ti”.
Después de hacer alusiones a Melilla como crisol de culturas y como parte de la historia de España, así como a las distintas posturas ante el problema de la inmigración sobre la que dijo “siento vergüenza como europeo y orgullo como melillense”, recordó los valores inculcados por sus padres, “Antonio, un bombero del Ayuntamiento de esta ciudad y mecánico del Parque de Automovilismo, y Encarna, una maravillosa ama de casa” y por sus maestros Luis de Oteyza y Ryzard Kapuscinski, “recordó a un gran periodista y fotógrafo melillense, Juan Luque y dios las gracias “al querido pueblo de Melilla, por esta distinción que me ofrecéis y me vais a permitir que se la dedique a aquellos, los míos, los Rubio y los Campaña, que un día estuvieron aquí y nos dejaron. Por vosotros que me enseñasteis a amar mí tierra: Elvira, Encarna, Antonio, Pepe y Miguel Angel. Muchas gracias”.
