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Amor a Melilla, a su familia, al Ejército y a su profesión

Mariano Remartínez Buera nació en Zaragoza, pero vino a Melilla a la edad de diez años, donde ha permanecido hasta su muerte.


A lo largo de su vida ha tenido una extensa carrera profesional durante más de 60 años ejerciendo en Melilla como médico internista y radiólogo. De ellos, aproximadamente la mitad trabajó como internista en el Hospital Militar. Pero también “de forma altruista en la Cruz Roja de Melilla y ejerciendo, simultáneamente, la medicina privada”, como recuerda el expediente por el que hace tres años le fue concedida la Medalla de Oro de Melilla.

Pionero
Mariano Remartínez fue pionero en varias ocasiones en el ejercicio de su profesión en Melilla. Por ejemplo, en la medicina privada, realizó grandes inversiones en tecnología punta. Dentro del conjunto de técnicas de diagnóstico por imagen, instaló en su clínica privada el primer ecógrafo digital, que supuso un gran avance para la sanidad de nuestra ciudad.
En 1986, dispuso del primer equipo de tomología axial computerizada (Scanner), que fue el primero (y único) durante veinticinco años. Este dispositivo ha sido renovado seis veces, con diferentes equipos y puesta al servicio de todos nuestros convecinos, lo que ha supuesto un gran avance en la tecnología sanitaria y ha evitado evacuaciones a la península.


“Durante los treinta años que fue piloto privado, cuando no existían medios de evacuación para pacientes graves, contribuyó de forma altruista a la evacuación de múltiples pacientes, todos ellos muy graves, con destino a los hospitales de Málaga, Granada y Madrid”, agregaba el expediente de la Medalla de Oro para Mariano Remartínez.


“Además de radiólogo, es coronel médico en la reserva, tiene una amplia y constante formación en su especialidad, pero reconoce que el “genio radiólogo” es su hijo, del que dice le ha superado en todo”, agrega la propuesta de Medalla que, él mismo recogió, rodeado de muchos de sus hijos, nietos y otros familiares, el 16 de septiembre de 2019.

Un día muy emocionante
Aquel día, fue muy emocionante para él y toda su familia. En su discurso, que puso en pie a todo el público congregado en el Salón Dorado, el doctor Mariano Remartínez dio muestras de su emoción cuando expresó su “amor profundo” a Melilla y a su familia. “Mi Melilla, la ciudad que me ha visto crecer, donde tengo mis muertos y donde nacieron mis 10 hijos”, apuntó con una voz ligeramente quebrada.


Mariano Remartínez también aprovechó para expresar su amor al Ejército, en el que ha servido durante 38 años, al tiempo que dijo sentirse muy querido por su familia y sus pacientes en el ámbito sentimental.
Y amor a su profesión, en la que ha ejercido gran parte de su vida. De hecho, confesó que seguía trabajando “con la misma ilusión que con 30 años” porque le gustaba y porque, dijo, era una vocación que le apasionaba.

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Redacción

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