La Semana. MH, 14/04/2025
Por: J.B.
Los términos Alfa y Beta se usan en muchas áreas. Como pueden ser la medicina, las finanzas, la biología, la psicología, etc.
Estado Alfa y Beta (en medicina): Las ondas (cerebrales) Alfa se presentan en estados de relajación y tranquilidad y las ondas Beta son indicativas de un estado mental activo y enfocado.
En finanzas, miden el rendimiento y la volatilidad de un activo. Alfa es la medida del rendimiento de una cartera de inversiones según unos parámetros concretos. Normalmente ese parámetro es un índice bursátil. Beta es otro coeficiente distinto de alfa que mide la volatilidad de un fondo. Para ello, este ratio pone en un lado de la balanza la rentabilidad de un fondo y la compara con la rentabilidad de un índice de referencia.
En términos generales, una persona Alfa es alguien que toma las riendas, cuyas palabras son poderosas y son escuchadas por todos.
En términos generales, una persona Alfa es alguien que toma las riendas, cuyas palabras son poderosas y son escuchadas por todos. Un Alfa predica con el ejemplo. Un Beta es, en general, lo opuesto a un Alfa. Un Beta es alguien a quien le gusta seguir la corriente, alguien que hace lo que le dicen y alguien que se estanca en jugar a ser «el buen tipo».
Nuestra política nacional y local está llena, por desgracia, de personas Beta, con diferentes niveles de servilismo y/o falta de eficiencia o capacidad. El ideal sería que existieran muchos políticos Alfa (que toman las riendas y que predican con el ejemplo) o, al menos que hubiera muchos que estuvieran en un estado intermedio (que se podría llamar Alfa-Beta), en el que se unieran eficiencia/eficacia con iniciativa y con una actitud menos servil con los supuestos Alfa de turno.
Dos ejemplos claros de personas Alfa (aunque con grandes diferencias entre ellos): Sánchez (en España) e Imbroda (en Melilla).
Dos ejemplos claros de personas Alfa (aunque con grandes diferencias entre ellos): Sánchez (en España) e Imbroda (en Melilla).
Ambos, con contadas excepciones, están rodeados de múltiples personas/políticos/funcionarios Beta que hacen lo que les dicen y que demuestran un respeto reverencial (servil a veces) por todo lo que los Alfa hacen, dicen, propone u ordenan. En un marco así es muy difícil avanzar porque no existe la autocrítica ni la iniciativa: sólo vale lo que dicen los Alfa.
Es cierto que los políticos Alfa no son todos iguales, e igualmente lo es que no suelen tomar las riendas o remar en la dirección correcta.
Pinocho Sánchez puede ser un político Alfa (al conseguir que los suyos le sigan como corderitos si cabeza), pero su objetivo (es evidente para la gran mayoría de los españoles- dejando fuera a los sordomudos acólitos que ni oyen ni ven nada de lo, mucho, malo que hace) no es el bienestar de los españoles, sino el suyo y el de sus amigos y socios.
Tiene (Imbroda) un gran hándicap (que, en el caso de Sánchez, es muy bien aprovechado para mantenerse en el poder): tiene muchos, muchísimos Beta con él.
Imbroda es un Alfa muy diferente a Sánchez. Con sus aciertos y errores, se preocupa e intenta (a veces con más acierto y otras veces con menos) mejorar la vida de los melillenses, pero tiene un gran hándicap (que, en el caso de Sánchez, es muy bien aprovechado para mantenerse en el poder): tiene muchos, muchísimos Beta con él (podemos suponer/entender que son muchos sus compromisos previos a la reconquista del poder, pero, al menos, debería contar con más personas Alfa o Alfa-Beta).