El melillense cree que la diferencia estuvo en la gran defensa que realizó su equipo en la segunda mitad. Asimismo, se congratuló de que, y pese a las importantes bajas, su equipo dio “un paso adelante” y, por ello, se mostró “muy orgulloso” de sus jugadores “por ganar en una pista tan complicada como esta y por el esfuerzo titánico que realizaron”. Ahora, el decano debe cambiar el chip y pensar ya en el difícil compromiso del próximo viernes, en el que el Melilla Baloncesto buscará un nuevo título de copa. El entrenador del Melilla Baloncesto comenzó su análisis del partido explicando que el mismo tuvo “dos partes completamente diferentes. En la primera, Palma salió muy enchufado y con una defensa muy agresiva. Sufrimos mucho con los balones interiores de Richi Guillén y, sobre todo, con sus situaciones de pick&pop, con las que consiguieron anotar fácil. También nos castigaron bastante las pérdidas de balón innecesarias que cometimos en primera línea y el rebote defensivo. Todo esto hizo que ellos se fueran con una cierta ventaja al descanso”.
La segunda mitad, en opinión de Alejandro Alcoba, fue “totalmente distinta y la diferencia estuvo en la defensa, especialmente en la que llevaron a cabo Gatell y Edwards sobre Guillén. Nuestro equipo crece mucho desde atrás y ellos nos permitió hacerlo también en ataque”, apuntó.
Por otro lado, el míster melillense reconocía que tuvieron que renunciar a Sonseca, “porque no le estábamos encontrando con facilidad e intentamos jugar un juego más dinámico con bloqueos, con el que hicimos bastante daño”.
Alcoba aseguraba que a este partido le tenían “un gran respeto”, debido, en primer lugar, “al rival” y, segundo, “porque lo afrontábamos sin dos jugadores muy importantes para nosotros como son los hermano Almazán”, explicó.
En definitiva, para el preparador del decano esta victoria supone “un subidón de confianza, tanto por haber ganado aquí y como por la forma en que se produjo”.
