Un número de visitas que si bien desde 2010 a 2015 ha oscilado desde los 39.000 a los 70.000, el salto cuantitativo experimentado en 2016 ha sido considerable al pasar en tan solo once meses a 120.000.
Las cifras cantan y a tenor de los datos estadísticos aportados ayer por Francisco Javier Calderón, presidente de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, sobre el número de visitantes que se han desplazado a los recintos históricos de Melilla la Vieja a lo largo del año 2016, sin incluir por supuesto el mes de diciembre en curso, se aprecia una evolución progresiva y positiva, que ha sido evidente cada año, pero que en este último se ha disparado de forma espectacular.
De hecho la cifra total de visitas, -sin inclusión de las correspondientes a los considerados grandes museos como son los casos del arqueológico y etnográfico y del Ibáñez o el militar-, a las instalaciones gestionadas por la fundación como son las Cuevas del Conventico, los espacios museísticos audiovisuales diseminados por el recinto del pueblo, el CIDMLAV, las Minas de San José y la colección de Arte Sacro, durante estos once meses, se eleva a 126.789, frente a las 74.003 visitas recibidas en estos mismos espacios en el pasado 2015, lo que supone un importante incremento, pues de una anualidad a otra, la cifra prácticamente se ha duplicado.
Un número de visitas que si bien desde 2010 a 2015 ha oscilado desde los 39.000 a los 70.000, el salto cuantitativo experimentado en 2016 ha sido considerable al pasar en tan solo once meses a 120.000.
Ahora se va a hacer pública también la valoración realizada por estos grupos de visitantes. Los datos oficiales se conocerán en los próximos días, aunque ya se sabe que para un tanto por ciento muy elevado, la opinión sobre Melilla la Vieja es realmente positiva y para los foráneos, tanto nacionales como extranjeros, es sobre todo “sorpresiva”, lo que viene a ratificar que en la gran mayoría de los casos desconocían lo que se iban a encontrar. Una realidad que denota una vez más que a pesar de los intentos y actuaciones oficiales encaminadas a difundir el conocimiento sobre Melilla en general y el Pueblo en particular, queda mucho todavía por hacer para eliminar ese desconocimiento sobre la ciudad.
No obstante, es cierto que los cambios tanto en infraestructuras como en instalaciones y centros museísticos, de los que ha sido objeto el barrio más antiguo de la ciudad han sido constantes y significativos. También año tras año se incrementan e incluso innovan las actividades lúdicas, sociales, musicales, cinematográficas y, en definitiva, culturales en la zona, lo que sin duda va contribuyendo a su conocimiento y expansión.
Sin embargo, el Tribunal de Cuentas ha recomendado la necesidad de analizar la pervivencia de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, por considerar que su misión estatuaria consistente en la coordinación de competencias correspondientes a las distintas consejerías podría desarrollarse a través de las oportunas comisiones interadministrativas. Una sugerencia que ha provocado la respuesta de Juan José Imbroda, presidente de la Ciudad, apostando por su continuidad, así como la de su responsable máximo, Francisco Javier Calderón, que desde el respeto a la opinión del tribunal considera que si no es la fundación deberá ser otro organismo similar quien asuma las funciones que desarrolla dicho ente. Y a la vista de los datos ascendentes en cuanto a incremento de visitas, que acaba de hacer públicos, parece que funciona, por lo que no resulta, en principio, lógico eliminar una situación que va obteniendo de forma progresiva resultados positivos.
