Las fuerzas de seguridad deben redoblar esfuerzos para dar con los autores de los apedreamientos y los vecinos colaborar y si saben quiénes actúan así, tendrían que ponerlo en conocimiento de la policía Una de las líneas de autobuses más importantes de Melilla, tras la que conecta Beni-Enzar, va a estar tres días sin funcionar. Se trata de la llamada "línea 6 de Mariguari", que enlaza el centro de la ciudad con la Cañada de Hidum, Mariguari, Urbanización Los Pinares y Barrio de los Cuernos, entre otras zonas de la periferia. 72 horas sin que los residentes en estas zonas, que son los que más suelen usar el transporte público en la ciudad, puedan hacerlo en este largo período de tiempo por la acción de uno o varios gamberros, que el jueves sobre las 14:30 horas en calle Vía Láctea, situada en la Cañada de Hidum, apedrearan a la COA cuando iba con 35 pasajeros a bordo. Una de sus lunas laterales resultó fracturada pero por fortuna ninguno de los viajeros resultó herido.
Por desgracia, no se trata de la primera vez que se registra un suceso de estas características y creo que no será la última salvo que, no sólo las autoridades pongan remedio como ya ha anunciado que se hará el consejero de Seguridad Ciudadana, Francisco Javier Calderón, sino también y sobre todo los propios vecinos de estos barrios en los que se producen este tipo de hechos.
Porque como es fácil de ver y de entender, con estos tres días sin COA en estas populosas zonas de la ciudad, autobuses que usan a diario cientos de personas que en muchos casos son mayores o ciudadanos que carecen de vehículo propio, los más perjudicados serán los residentes de barrios como Cañada de Hidum, Urbanización Los Pinares o Barrio de los Cuernos, y eso es inadmisible. Estos deben colaborar y si saben quiénes actúan así, tendrían que ponerlo en conocimiento de la policía.
Como decimos, Calderón anunció ayer, a preguntas de MELILLA HOY, que la Ciudad Autónoma intensificará conjuntamente con la Delegación del Gobierno las medidas de seguridad que ya se estaban aplicando para erradicar los apedreamientos contra los autobuses urbanos. Dice el consejero que las medidas se tomaron hace ya "muchísimo tiempo" entre las dos administraciones, aunque reconoció que los efectivos disponibles para llevarlas a cabo no son suficientes, algo que con la agresión del jueves se ha demostrado que es así.
Esperemos no obstante que los esfuerzos de las fuerzas de seguridad -aquí están implicadas la Policía Nacional, la Policía Local y la Guardia Civil en la tarea de dar con el autor o autores de estos hechos vandálicos- tengan su recompensa y se acabe con esta peligrosa moda que, desgraciadamente, ya dura mucho tiempo y que podría tener consecuencias funestas si alcanza a los pasajeros y ya no digamos al conductor, en cuyas manos está el control del autobús. Antes de que sea demasiado tarde, fuerzas de seguridad y vecinos deben hacer todo lo que esté en sus manos para erradicar hechos como estos.
