Hay quienes con sensible atención, leen confundiendo churras con merinas, quedándose en lo que les choca y no entrando en el bosque y sus riquezas de matices y colores, amaneceres y albas. Hay quienes tienen el privilegio de leerme y decirme sus pareceres, pareciéndome bien y por ello este texto en detenido y espero comedido miniargumentario. De entrada yo no escribo con apodos, ni apelativos, ni seudónimos y menos escondidos nominativos, yendo a pelo en pecho, a descubierto y expresando lo que me place y la libertad me consiente por cómplice y amiga.
No escribo, no verso para conformar y sumarme a la mayoría; tengo mi lugar y desde él trazo redes en busca del que sintiniza con mi estado, mis anhelos, críticas y mi gente. Y cuando no, y hay discrepancias, me crezco, enervo y orgasmizo pues justo es reconocer se me haya dedicado el precioso tesoro del tiempo, en el que crecen barbas y eso a uno le medio adula y hace crecer la propia autoestima, claro es poniendo el otro medio, este que dice. A los Morfeos no sé si mitológicos o dueños de su propia lógica; a los hijos de Hipnos al igual no hipnotizados pues les pesa su propia irrealidad; a los encargados de llevar el sueño a sus encadenados; a los oniros hermanados; a los falsos hijos de Pasitea pues son fruto de santas madres terrenales, a todos ellos, mi agradecimiento por dedicarme sus juicios con o sin prejuicios, pues me saben de p. madre, en este caso de la mía, mama María.
Que conste que he hecho gestiones ante Zeus a fin y efecto de que les levante el ejemplar castigo por chivatillos piadosos, pero chico, ni puto caso por parte del Padre endiosado. Y es que el colegui del Olimpo sigue prepotente y rancio o lo indulgente.
A los Matrix, a los hacker en gerundio de aprendiendo, solapados en la intimidad, solo decirles en últimas, que " créanlo no soy el agente Smicht, más quisiere ”… jeeee
He de reconocer tiempo ha soñé despierto con ser uno de los siete eternos, una pieza en el mosaico de "The Sadman", pero gracias a mis debilidades, llegó el genio que me acurruca y posee, eso si siendo los cohoncillos libremente míos. En fin, amigos, Morfeos y adláteres, que seguiré escribiendo pese a quien pese siendo responsable o rebelde con mis causas, ¡ sa jodio ! Atentamente, sin acritud ni malévola intención de porfías.
