La Consejería de Bienestar Social pondrá en marcha a finales de este mes un programa de educadores de calle para evitar que los menores extranjeros no acompañados que se niegan a estar tutelados en los centros de protección malvivan en la vía pública con intención de llegar a Europa como polizones.
El presidente melillense, Juan José Imbroda, enumeró este programa como una de las actuaciones de su Gobierno desde el arranque de la legislatura la potenciación del conocimiento de la atención que requieren los menores extranjeros no acompañados, un colectivo que ha llegado a alcanzar el medio millar en los últimos meses.
Para ello, “se va a crear una brigada” de educadores de calle que recorrerán las zonas donde deambulan estos menores inmigrantes, fundamentalmente en las proximidades del puerto comercial.
A finales de este mes estará operativa, detalló Imbroda, para que estos educadores vayan “en busca de menores que no están al amparo de la Ciudad Autónoma para retirarlos de la mala vida”, ya que “están sujetos a cualquier riesgo” viviendo en la calle.
El objetivo será intentar reinsertarlos en la sociedad.
Este programa ya estuvo operativo entre diciembre de 2016 y enero de este año, con más de 1.200 horas en turnos de mañana, tarde y noche, que permitió atender a cerca de 250 menores.
