In Memoriam

A Ernesto Moñino

Ya hace más de un mes que te embarcaste “caminito del rey” y de forma imprevista, a ese viaje donde todos tenemos que ir pero siempre nos parece demasiado pronto. Aunque tu partida fue inesperada, triste y dolorosa, tenemos que pensar que la vida te brindó de nuevo la oportunidad de ser feliz y la aprovechaste a mil por mil.

Los que tuvimos la suerte de conocerte y de compartir contigo muchos de esos momentos, sabemos que estabas enamorado de tus hijos, de tu mujer y de la vida. Que siempre tenías en mente algún proyecto y viaje por realizar. Deportista, madridista, jugador de balonmano, de fútbol y ahora más que nunca seguidor de baloncesto por tus hijos, abanderado allí donde ellos iban, a Santiago, a Málaga o a San Fernando. Cuando pienso en todo eso, me gustaría tener respuestas a tantas preguntas pero no está en mi mano y por más que busco no las encuentro. La esperanza que nos queda a los que nos consideramos cristianos es que aparte de que pasamos a mejor vida, algún día nos encontraremos con nuestros seres queridos, pues eso, no importa que no creyeras en nada porque sí eras una persona respetuosa con las creencias de los demás, por eso creo que nos volveremos a ver, aunque sea por un rato.

Maestro, informático, socorrista, ecologista, traductor esporádico, manitas en tus ratos libres, con cientos de cursos y en tu trabajo con un expediente limpio, pero para algunos ebrios de poder “no tenías el perfil”. Ay Dios!!, ellos saben quiénes son, los que eligieron, los que callaron y los que consintieron que te condenaran al ostracismo durante años. Seguramente tenían razón, eras de otra pasta, sindicalista comprometido, inconformista y luchador por los derechos de la mujer y de todos tus compañeros sin excepción y además de los “rojos y peligrosos”.

Como compañero eras un buen tipo, con tu carácter pero buena gente. Trabajador y siempre dispuesto a resolver cualquier duda. Te gustaba pinchar y vacilar a los compañeros, siempre con una carcajada de por medio pero eso forma parte de nuestro día a día e idiosincrasia como grupo. Despistado como tú solo, cuando no eran las llaves de la casa, no encontrabas el casco, todavía me acuerdo el día de tu boda con los anillos. Amante de la buena música, de la que nunca pasa y de la que ya apenas se hace, como la de Led Zeppelin, ACDC, Pink Floid, Scorpions, Deep Purple, The Doors, Boston, Rainbou, David Bouie, Jimi Hendrix o los Rolling.

Se nos ha hecho difícil a todos en estos días el no volver a verte por el curro. Cuando llegabas por las mañanas con ganas de fumar tu primer cigarrillo de liar y abriendo ventanas, pero no debemos ser egoístas, ni monopolizar el dolor de tu ausencia y pensar también en tu familia. Esto no es un adiós amigo, es un hasta luego, nos volveremos a ver hermano aunque sea por un ratito. Como eras Moñi…

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