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Recordando a los hebreos en el diario “El Telegrama del Rif”

1904-1935 XIII

… Tal era, por ejemplo, el tormento que entraba en la forma ordinaria de los procesos jurídicos y los castigos, más crueles en los tribunales ordinarios que en el de la Inquisición.

En aquellos tiempos, eran otras las ideas, y de los herejes se tenía entonces el concepto de que debían ser exagerados por perturbadores del orden público, pareciendo bien los mayores rigores. El filósofo insigne, añade: “No se ha querido ver que cada época tiene su espíritu, su modo particular de mirar los objetos y su sistema de acción, sea para procurarse bienes, sea para evitarse males”.

En toda Europa se apelaba al fuego en las cuestiones religiosas, y así los protestantes como los católicos, quemaban a sus adversarios. La cifra de hebreos sacrificados representa una mínima parte de los que sufrieron el atroz tormento.

La historia de Inglaterra, la de Francia y la de Alemania, nos dice que esas naciones presenciaban las escenas más crueles, encontrándose natural quemar a un hereje, que nada chocaba con las ideas comunes. Esto y otras muchas cosas ha omitido el avieso rabino, preocupado sólo de desprestigiar a España entre sus correligionarios.

Habló también del decreto de expulsión de los hebreos, acerca del que nada puede decirse, pues la historia ha fijado la idea que él omitió. En su deseo de acumular cargos contra nuestro país, no ha titubeado en exhumar, presentándola torcidamente, una medida que no había por qué abrigar.

La conciencia pública y el trato que España da a los israelitas, prueba hasta la saciedad, que nuestra Nación, desde el siglo XVIII, no ha registrado represalias que hasta los tiempos modernos sufre el pueblo judaico en la Europa civilizada. El señor Hanoune silenció las persecuciones y matanzas de Rusia, Polonia y otros países del Oriente europeo; y los movimientos antisemitas que la generación presente hasta los días que corremos, ha visto incluso en la misma Argelia, con ocasión del proceso de Dreyfus. No muy viejos son quienes padecieron los efectos de movimientos populares, nacidos a impulso de pasiones y de odios que no compartió nuestra Patria.

En estas horas de tranquilidad, cuando España labora por el restablecimiento de la paz moral y predica la concordia se eleva la voz de ese rabino, para la siembra de odios y rencores, lanzando semilla maléfica que no germinará, que no puede germinar entre las colonias judías de Marruecos, ni de las Plazas de Soberanía, donde a nadie se le pregunta su religión, ni se ha suscitado jamás la cuestión religiosa, viviendo en armónico consorcio los adictos a todas ellas.

Así pudo declararlo recientemente en noche memorable, ante el Nuncio de Su Santidad, el representante del Municipio.

El rabino en cuestión, ha puesto en labios de don Ángel Pulido, un concepto injurioso, al sostener que el retorno de los judíos al suelo de su antigua Patria, salvara a España, ausente todavía del mundo civilizado.

¿A qué comentar esta afirmación? Basta enunciarla para que la opinión de sus propios correligionarios se produzca contra quien trata de inyectar virus venenoso y proteste airada de la nota infamante que contra él se vuelve.

No podíamos dejar sin glosa el artículo de “L’Avenir Ilustré”, que de “bella” califica la incalificable conferencia del rabino, juguete, sin duda, de elementos que no cejan en el empeño de molestar, mortificar y crear ambiente desfavorable a la hidalga nación española, que en Marruecos procede con un altruismo, un desinterés y un espíritu de justicia, pocas veces igualado por los pueblos colonizadores.

Seguro estamos de que esa conferencia y ese escrito, han de tener consecuencias contrarias a las que se propusiera, quien, con osadía inaudita, aplica a España calificativo que a él cuadra.

Los hebreos, súbditos españoles, y los que sin serlo, viven bajo el amparo de nuestra bandera, no son masas que se dejan influenciar por esas propagandas, impropias del siglo en que vivimos. Convencidos se hallan de la nobleza de nuestros sentimientos, de la rectitud de nuestras intenciones y del trato que reciben en todas las manifestaciones de la vida social. A nuestra protesta, por la campaña antiespañola que reviste las más diversas modalidades, se unirán para ahogarla y execrarla.

11-11-1927. Enérgica protesta de los israelitas de Melilla. Nuestro editorial de ayer produjo viva impresión entre los hebreos, sin distinción de súbditos españoles, marroquíes o de otras nacionalidades. En los centros de reunión exteriorizaban su protesta contra la conferencia del rabino J. Hanoune, que califican de insensata, e inspirada por elementos coloniales.

Nos visitó la Directiva en pleno de la Comunidad Israelita, compuesta por los señores don David Benchimol, don Samuel Levy, don Abraham Benatar, don Jacob Lezra, don Isaac Benarroch, don Isaac M. Levy y don Jacob Hassan.

El presidente accidental señor Benchimol, habló en nombre de todos los hebreos que en Melilla habitan, en elevados y sentidos términos. no queremos -dijo- pase el día de hoy, sin hacer pública manifestación del desagradable efecto que nos ha producido la conferencia de un hermano en religión, que ni expresa, ni puede expresar sentimientos de los que se honran siendo españoles y de los que viven bajo la gloriosa bandera de España. Ha dicho muy bien EL TELEGRAMA DEL RIF en sus comentarios, que si se trata de sembrar semilla maléfica entre los hebreos, no fructificará. Los israelitas estamos muy reconocidos a España, le debemos eterna gratitud por el trato que siempre nos dio y por el ejemplo que ofrece a otras naciones, donde los hebreos son injustamente perseguidos. Llevo treinta y dos años en Melilla y los más viejos y los más jóvenes, afirmamos que jamás hemos recibido trato distinto al de los demás ciudadanos españoles. Le rogamos exprese nuestra enérgica protesta contra la conferencia dada en Argel y contra sus móviles. Para nosotros, es España madre generosa y la queremos cual hijos agradecidos.

Nuestro director respondió, que, de antiguo conoce tales sentimientos de lealtad, y por ello hubo de anticipar en sus glosas las manifestaciones que hacen. Como español las agradece, y al divulgarse en el extranjero, quedará más de relieve la villanía de una campaña contra la hidalga nación española, que pone marcado empreño en llevar la paz moral a los más apartados rincones de su zona de Protectorado

Hablaron después algunos de nuestros visitantes, del anhelo de los hebreos súbditos marroquíes, de adoptar la ciudadanía española. Hoy se oponen a esos deseos, grandes obstáculos y una larga tramitación. Nos suplicaron les apoyemos para vencerlos, y así se lo hemos ofrecido. Cuando se restablezca el Comandante General, le visitarán para reiterar la protesta y sus sentimientos de gratitud hacia España.

El acto realizado por la colonia israelita de Melilla es muy hermoso y tendrá eco en todas las ciudades de Soberanía y Protectorado.

04-12-1927. Nuevo catedrático de hebreo. Después de reñidas oposiciones, que terminaron el martes último, le ha sido adjudicada la cátedra de hebreo, que está vacante en la Universidad de Salamanca, a don Francisco Cantera Burgos, en lucha con dos aspirantes más

El tribunal que presidía el señor Alemany, lo formaban dos catedráticos de Salamanca, dos de Madrid y uno de Barcelona. El nuevo catedrático es un joven doctor de brillante carrera y profunda cultura, que se especializó muy pronto en los estudios de árabe y hebreo. El doctor Cantera nació en 1902 en Miranda de Ebro y cursó los estudios de segunda enseñanza en el Colegio de los Sagrados Corazones de aquella ciudad. Más tarde se trasladó a Madrid para estudiar la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Central, que terminó con la calificación de sobresaliente en todas las asignaturas. Se doctoró con premio extraordinario y obtuvo en la licenciatura el premio Rivadeneyra. Más tarde fue nombrado ayudante del Instituto de San Isidro y después auxiliar de la cátedra de Árabe y Hebreo en la Universidad Central.

Tiene publicado bastantes trabajos sobre filósofos árabes, hebreos y españoles y ha traducido varias obras y la tradición rabínica, “La Vara de Judá”.

24-12-1927. Judíos españoles. Los de Esmirna. Los periódicos de Madrid traen la siguiente nota: “Bajo la presidencia de don José francos Rodríguez, ha celebrado junta la federación de Asociaciones Hispano Sefardíes de Marruecos.

Acordó el Consejo intensificar la propaganda del idioma de España entre las colonias del Norte africano y cercano Oriente, costear una beca para Madrid a un estudiante sefardí de Marruecos, editar obras de propaganda cultural en vista del peligro que corre el idioma español en Oriente (peligro corroborado por los representantes diplomáticos de España en Sofía, Belgrado, Atenas y Constantinopla) y enviar una misión cultural universitaria, que estudie la manera de defender nuestro idioma con todos los fueros de tradición e importancia social que se ha reconocido por cuantos escritores y viajeros se ocuparon de la familia sefardita en los Balkanes”.

Los lectores saben que los judíos expulsados de España se diseminaron por el Norte de África, por los Países Bajos, por el próximo Oriente, etc. En esos puntos han permanecido durante siglos las familias hebreas procedentes de España, recluidas en sus ghetos, aisladas casi de sociedades y familias de otra religión y aún de la misma religión judía, pero de procedencia distinta.

Recién ocupado Xauen, tuvimos ocasión de visitar el barrio judío de aquella ciudad, un barrio encajonado, perfectamente cerrado con dos puertas, pino, angosto, penumbroso, bien parecido, por cierto a una cueva que es el símbolo de la raza semita, según algunos filósofos alemanes.

Por la situación, recluimiento, timidez y apego a sus costumbres antiguas, a sus recuerdos de España, al idioma castellano, tal cual en el siglo XV se hablaba, el barrio judío de Xauen pudo darnos una idea de lo que habrán sido, y tal vez sean todavía, los de las ciudades del próximo Oriente. Es, en verdad, sorprendente, que vivan tan persistentes, tan actuales en la memoria y en la lengua de estas gentes, sucesos de tiempos tan lejanos, sentimientos y palabras de época tan remota, coplas del siglo XV, algunas de las cuales tuve yo la fortuna de recoger de los labios de una anciana y de una muchacha. Puede uno imaginarse la situación de los judíos españoles de Oriente.

Por un lado, obligados a reconcentrarse en si mismo y a aislarse, a vivir en sus recuerdos. Por otro, más perseguidos que lo fueron nunca los de las ciudades interiores marroquíes. La persecución y las vejaciones se han recrudecido en estos últimos tiempos en Turquía de manera especial. Recientemente he tenido ocasión de conocer algunos datos sobre los judíos españoles de Esmirna.

No me es dado decir la procedencia, pero puedo asegurar que son exactos. La cuarta parte de la población de Esmirna está compuesta por judíos de procedencia española y protegidos de España y por judíos que son súbditos españoles. Y sin embargo, en Esmirna no hay Agencia consular de España, desde el año 1924. Los contados españoles que son ardides logran autorización para viajar, tienen que ir a otro consulado europeo; es preferido el francés, para sacar un pasaporte. El pasaporte le cuesta trece liras turcas, es decir, unos 200 francos.

Pero no es esto lo peor. En Esmirna, los judíos españoles son objetos de mil persecuciones e injusticias por parte de la policía y las autoridades turcas. A veces, una reclamación de un cónsul extranjero, a ruego de cualquiera de los españoles atropellados, responde la autoridad turca, que son cosas de la policía, que obra sin consentimiento suyo, y promete arreglarlo..

Pero los abusos siguen. Hace algunos meses, los lectores recordarán, que toda la prensa de Europa se ocupó de que un turco había atropellado a una joven israelita, lo que motivó entre la población judía una reacción muy natural, por la que fueron encarcelados muchos. No es esta ocasión de narrar las peripecias de aquel atropello; únicamente he de advertir que la muchacha era española. Los judíos españoles, precisamente los españoles, son considerados por las autoridades turcas, como los griegos y los armenios, o sea, como la raza más detestada y que de menos goza en Turquía. Y así, se le prohíbe viajar al interior, ni aún para negocios, y se les ponen otras trabas no justificadas, ya que no hay los mismos motivos de defensa nacional que los turcos puedan alegar especialmente en el caso de los armenios o de los griegos.

La policía turca está buscando constantemente pretextos para molestar a los judíos españoles de Esmirna. Cuando la Boda de Plata del Rey, fueron muchos detenidos, porque los agentes turcos aseguraron que habían mandado a don Alfonso XIII una carta de felicitación.

Cuando el célebre incendio de Esmirna, todos los súbditos de otras naciones en la ciudad residentes, fueron indemnizados. Los españoles no lo han sido todavía.

La policía llega a maltratar a los judíos españoles en plena calle, y aún cuando éstos estén con sus mujeres o sus hijos. En las sinagogas que la Comunidad española tiene y costea por su cuenta, y en los hospitales, los turcos han ordenado que se quiten todos los letreros que había en español.

La misma orden se ha dado para las escuelas que existen también españolas, y costeada por la Comunidad o colonia española. Se ha dado el caso de entrar varios agentes en una sinagoga, y advertir el letrero y dar orden terminante de que en una hora sea sustituido por otro turco. Son obligados los judíos españoles a naturalizarse, y después de naturalizados, se les veda la entrada en las escuelas turcas. Tales son, algunas de las arbitrariedades cometidas con nuestros connacionales en Esmirna. Parece absolutamente necesario, que se restablezca en aquella ciudad la Agencia consular, para defensa de los intereses españoles, por lo que nos felicitamos de la nota que encabeza estas líneas. Podía muy bien hacerse una cosa. En Esmirna hay judíos españoles, bien acomodados, inteligentes y conocedores de los hombres y del país. Podía encomendarse a uno de éstos, provisionalmente, al menos, la Agencia consular.

Y desde luego, parece conveniente establecer más contacto con aquellas colonias, y que los barcos españoles visiten más aquellas ciudades. De todas maneras, la Comisión está nombrada, y confiamos en que todas las dificultades se allanarán y en que se resolverá lo más conveniente. Santos FERNÁNDEZ

A raíz de la protesta formulada por EL TELEGRAMA DEL RIF contra ciertos conceptos vertidos por el rabino Hanoune en una conferencia dada en Argel, la Comunidad Israelita de Tetuán y en su nombre el Gran Rabino de dicha plaza envió un mensaje al Gobierno de España rechazando enérgicamente la campaña antiespañola iniciada por el citado conferenciante en el periódico “L’Avenir Ilustre”.

El cariñoso mensaje de los israelitas tetuaníes hacia España, ha sido contestado por nuestro Gobierno con el siguiente documento:

“En respuesta a la instancia presentada por V. y demás miembros de la Colonia Israelita de esta ciudad, protestando de los conceptos vertidos por el rabino Hanoune de Argel, poco favorables para el prestigio de la Nación de España en Marruecos, cúmpleme manifestarle, con el ruego de que lo haga saber a los firmantes de la repetida instancia, que el gobierno de S. M. a quien me apresuré a dar cuenta de la misma, en Real Orden del 25 del actual, hace presente a esta Alta Comisaría la satisfacción con que ha visto la noble y patriótica conducta seguida por la Colonia Hebrea, de cutos sentimientos amistosos hacia España no ha dudado nunca, dada la íntima y estrecha colaboración con que sigue los esfuerzos de la nación en su obra de Protectorado en Marruecos. Dios guarde a V. muchos años.

Firmado: Diego Saavedra. Tetuán 3 de diciembre de 1927”.

25-01-1928. La Alta Comisaría y la Comunidad Israelita de Melilla. Los pasados días dábamos cuenta de la contestación que el Gobierno diera al entusiasta y cariñoso mensaje, que elevara la comunidad israelita de Tetuán, protestando de determinados conceptos vertidos por el rabino Hanoune en una conferencia dada en Argel y publicada en la “L’Avenir Ilustre”.

Ahora nos hemos informado de que la entusiasta Comunidad Israelita de Melilla se apresuró a expresar iguales sentimientos, exteriorizando una vez más su amor a España, que hizo presente al entonces Comandante General accidental González Carrasco. Nuestra primera autoridad dio cuenta de ello a la Alta Comisaría, recibiendo pocos días después el general González Carrasco, el siguiente telegrama del mencionado centro superior: Aunque esta Alta Comisaría, no conoce aún los conceptos vertidos en la conferencia publicada por “L’Avenir Ilustre”, objeto de las manifestaciones que han expuestos a V. E. los miembros de la directiva de la Comunidad Israelita de esa ciudad, ruego a V. E. se sirva comunicarles que esta Alta Comisaría, agradece su actitud al reiterar sus sentimientos de firme españolismo que sabe sincera y arraigados y que corresponde al proceder de España, patria de la raza sefardí.

21-02-1928. Para el fondo nacional hebreo de Palestina.

El ilustre señor israelita don Ariel Bensión, Delegado de Kerem Hayessod, continua realizando activa propaganda entre sus correligionarios, a fin de contribuir a la creación del Fondo Nacional Hebreo de Palestina. De la importante labor que realiza el Kerem Hayessod, forma parte la creación de Universidades, hospitales, centros agrícolas, industriales y de comercio. Acerca de todo ello, disertó en castellano, ante numerosa concurrencia, el doctor Bensión, en la conferencia que dio los pasados días en la sinagoga de don Yamín Benarroch, en cuyo acto, hizo este señor, en términos elogiosos, la presentación del distinguido conferenciante. Uno de estos días, la señora de Bensión, dará otra conferencia, a la que asistirán únicamente señoras.

El doctor Bensión, se propone visitar las casas para israelitas pobres, y los locales destinados, uno a alojamiento de rabinos, y otro, al de israelitas necesitados que lleguen a Melilla, todo ello construido por el señor Benarroch… (Continuará)

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José Antonio Cano

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