Desmontan una baliza V16 y se dan cuenta de la realidad: “Es peor de lo que pensábamos”

Persona sosteniendo una baliza V16 en un coche amarillo

Usuarios critican las balizas V16 por su funcionamiento y vigilancia, ya que recolectan datos como velocidad y ubicación incluso apagadas. La Guardia Civil las rechaza, considerando innecesaria esta medida y sugiriendo motivos económicos detrás de su implementación.

 

Los usuarios van conociendo nuevos detalles de las balizas V16 y no les están gustando nada las funcionalidades que encuentran. El control de otras cuestiones, como la velocidad, es un paso más de nuestro gobierno para controlar todo y a todos. Incluyo los guardias civiles la critican y no entienden que sea necesaria.

Cuanto más sabemos de las balizas V16, más incógnitas se abren en torno a esta lucecita que vamos a tener que llevar todos en el coche. Lo poco que se va sabiendo sobre su funcionamiento confirma las sospechas acerca de este aparato.

Los que ya la tienen afirman que la luz se ve muy poco, pero lo que más preocupa son los usos que se van descubriendo y que son desconocidos para la gran mayoría de españoles.

¿Una caja negra?

Al parecer, entre la información que la baliza envía a la DGT hay casillas libres, lo que implica que, en un futuro, podrían llenarse con otras informaciones que nada tienen que ver con un accidente, como pueden ser la velocidad u otras cosas similares.

Un experto en electrónica que ha desmontado la baliza ha confirmado las sospechas de muchos:

Funciona incluso apagada

La baliza dispone de un GPS, lo que significa que recoge información constantemente no solo de nuestra ubicación, sino también de la velocidad a la que se mueve el vehículo, una información que podría cruzarse (para, por ejemplo, multarnos por exceso de velocidad) con las numerosas cámaras de tráfico para identificar un determinado vehículo.

Aunque lo más preocupante es que la función de GPS funciona constantemente mientras tengamos las pilas puestas, aunque la baliza esté apagada.

El interruptor, por tanto, sirve únicamente para encender y apagar la luz de emergencia, mientras que el GPS está en constante funcionamiento, almacena ubicaciones, velocidades e incluso lugares. Una información a la que podemos acceder a través de un puerto de conexión con el que cuentan.

Este problema es incluso más preocupante en las recargables, pues aquí no tenemos la opción de quitar la pila.

Los usuarios se quejan de que es “un rastreador de seguimiento» en toda regla” y de que no era necesario un GPS, ya que bastaba, para que hiciera su función declarada, con un sencillo localizador. Es peor de lo que muchos pensaban.

La implantación de la baliza V16 está siendo mucho más problemática de lo que parecía, la oposición no solo llega por parte de los conductores, a los que les toca rascarse el bolsillo para comprar una de ellas, sino que hasta dos de las asociaciones mayoritarias de la Guardia Civil se han mostrado contrarias a su utilización.

A diferencia de lo que dice la DGT, que cifra en 25 el número de fallecidos anuales por atropello al bajarse a colocar los triángulos, la gran mayoría de guardias civiles aseguran no haber vivido en años un accidente en el que hayan atropellado a alguien mientras colocaba los triángulos, con lo que piensan que la cifra de atropellos no justifica la V16.

 

Muchos piensan que hay razones económicas (alguno o algunos están sacando tajada) y de control detrás de esta medida.

 

 

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