El entrenador de la U.D. Melilla, Javi Motos, mostró una mezcla de frustración y autocrítica tras el empate encajado en la prolongación ante el Xerez Deportivo FC, un resultado que vuelve a dejar al equipo sin la ansiada victoria desde su llegada. El técnico murciano destacó la mejoría competitiva del grupo, pero señaló que los errores en los últimos minutos siguen penalizando en exceso.
Motos subrayó que el equipo dio “un paso adelante” respecto a la jornada anterior. “Pedíamos ser más competitivos, responsables y comprometidos. Hoy el equipo ha sido más contundente en los duelos, más difícil de atacar y más generoso en el esfuerzo. Tras el gol gestionamos bastante bien y estábamos siendo compactos. La acción de la falta no se debe hacer, pero se hace, y luego la jugada a balón parado debemos defenderla mejor”.
Por otro lado, explicó que la situación clasificatoria y la falta de victorias influyen directamente en los pequeños detalles. “Cuando vienes en una dinámica positiva, esa acción la defiendes con calma. Pero ahora aparecen dudas que llevan a malas decisiones. Teníamos el partido ganado al 95% o 97% y se nos escapa en la última acción. Es duro, sobre todo por el vestuario, porque el esfuerzo de los jugadores merecía una victoria que uniera y liberara presión”.
El técnico admitió que el tanto encajado condiciona por completo las sensaciones finales. “Ese gol deja una sensación amarga. Una victoria estabiliza, calma y limpia el ambiente. Son situaciones que hay que gestionar, pero evidentemente el golpe es fuerte”.
En cuanto al gol encajado en la prolongación insistió en que no se trata de un problema estructural de la defensa, sino de un error puntual de atención. “Hay una falta de concentración en el último minuto. Cuando llevas muchas jornadas sin ganar, hay que cuidar el detalle hasta el último segundo. Si no lo haces, el fútbol te penaliza. Estamos en un momento en el que cualquier detalle nos cuesta puntos”.
También hizo autocrítica y señaló que la falta de victorias desde su llegada también le interpela directamente. “Llevo aquí tres partidos y no he ganado ninguno. El primero que hace autocrítica soy yo. Encontrar el camino para que el equipo llegue a la victoria es mi responsabilidad. En el vestuario también lo sienten, la gente quiere ganar”.
Finalmente, reconoció que el golpe ha sido especialmente duro para los jugadores. “El vestuario está jodido. Tiene que doler perder un partido que tienes hecho y se te escapa en el último minuto. Mañana toca resetear, enfocarnos en la mejora y trabajar para llegar lo mejor posible al próximo partido».
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