Reunión del Comité de Dirección del PP en Melilla

Carta del Editor. MH, 12/11/2025

Enrique Bohórquez López-Dóriga

 

Un hecho trascendental para nuestra ciudad: antesdeayer, lunes, el Comité de Dirección del PP celebró por primera vez su congreso fuera de su sede en Génova y, además, en Melilla. Un gesto -esperamos- que, tal y como manifestó en su acto público el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, no era ningún “declaración de intenciones”, sino que vinieron a la localidad norteafricana a subrayar de una manera “clara, precisa y concreta” que Melilla y Ceuta son ciudades españolas, “parte esencial de nuestra integridad y soberanía”.

La idea de que Melilla es una ciudad laboratorio -idea en la que yo tantas veces insisto- me parece de importancia capital, la base sobre la que se debe actuar, para que se pueda producir el cambio profundo, tantas veces anunciado, jamás producido

Presentó Feijóo, en el transcurso de su insólita y bienvenida visita, su “carpeta de Melilla y de Ceuta” en la que se compromete con la seguridad y la protección de nuestras fronteras, y se conjura en dar “un vuelco” a las políticas económicas y sociales que conviertan a estas ciudades autónomas -todavía ciudades autónomas, todavía no Comunidades Autónomas, ni mención alguna a tal hecho- en lugares “más prósperos y atractivos”, aseguró que Melilla tendrá “prioridad” si llega a la Presidencia del Gobierno, “como lo ha tenido siempre en los Gobiernos del PP” -propaganda política bienvenida- y resaltó que no se puede condenar a la periferia política -como ocurre ahora- a un territorio de la nación donde la convivencia entre culturas, religiones y lenguas se construye todos los días. Y concluyó: “sois el laboratorio donde inspirar las políticas de tolerancia en España”. La idea de que Melilla es una ciudad laboratorio -idea en la que yo tantas veces insisto- me parece de importancia capital, la base sobre la que se debe actuar, para que se pueda producir el cambio profundo, tantas veces anunciado, jamás producido.

Si Feijóo cumple su palabra, Melilla podría volver a ocu­par el lugar que merece, y que puede ocupar

Precisamente, del magnífico Editorial de nuestro periódico de ayer creo necesario destacar sus párrafos finales: “El discurso del compromiso ha sido pro­nunciado demasiadas veces, por distintos gobiernos, y pocas veces se ha traducido en cambios estructurales. Melilla sigue siendo la misma frontera tensionada, el mismo territorio con déficits en sanidad, educación y empleo, y con un tejido económico que busca oxígeno. Si Feijóo cumple su palabra, Melilla podría volver a ocu­par el lugar que merece, y que puede ocupar. Pero si sus compromisos quedan en el cajón de los discursos, la visita será recordada como una más en la larga lista de gestos que no se convierten en realidad.

En fin, Juan José Imbroda, junto con el resto de los numerosos directivos melillenses del Partido Popular, puede estar legítimamente satisfecho de que se haya producido la visita y la reunión del Comité de Dirección del primer partido político español, el PP, en Melilla. Y nosotros, creo, podemos estar esperanzados de que si Feijóo y compañía logran gobernar en España, cumpla con los compromisos anunciados el lunes y Melilla, esta nuestra gran ciudad laboratorio, sea tratada gubernamentalmente como debería ser tratada, por nuestro bien…y por el de España, Europa, etc.

Para la libertad, sangro, lucho, pervivo

“El dinero público se usa para consolidar influencia, no para generar valor” (nuestro Semanario QUEZ, el domingo pasado). No hay “progreso” posible en un entorno donde producir o contratar se con­vierte en un riesgo económi­co. Mamdani no trae un pro­yecto de modernización, sino un retroceso ideológico. No quiere reformar el sistema, quiere reemplazarlo. Su Nueva York no sería una ciu­dad de oportunidades, sino una ciudad dirigida desde el ayuntamiento, donde la polí­tica decide lo que antes deci­día la gente (Zohran Kwame Mamdani es un político estadounidense, nacido en Uganda. Ha sido el miembro de la Asamblea Estatal de Nueva York por el 36º distrito desde 2021. Acaba de ser elegido alcalde de Nueva York).

En It Can’t Happen Here (“Esto no puede pasar aquí”, libro publicado en 1935), un fanfarrón senador demócrata –Berzelius Buzz Windrip, modelado a partir de Huey Long, el populista gobernador de Luisiana– es elegido presidente, derroca la Constitución e instituye algo muy parecido a un régimen nazi estadounidense, completo con matones paramilitares (Minute Men), etc, según cuenta el autor del libro, el premio Nobel de Literatura, Niall Ferguson. ¿Puede ser Zohran Mamdani un nuevo Berzelius Windrip, aunque “eso no puede suceder en New York”.

El dinero público se usa para consolidar influencia, no para generar valor. No hay “progreso posible en un entorno donde producir o contratar se con­vierte en un riesgo económi­co”. De la propiedad del individuo deriva su libertad

Miren cómo empezó Pedro Sánchez en España y cómo estamos ahora. “España, como nación, como país, como conjunto histórico de naciones y pueblos, o como queramos llamarlo, ha perdido el control de la educación escolar y la cultura. Y creo que esa pérdida es irreparable, pues sin ella somos incapaces de asentar un futuro”, escribió Arturo Pérez-Reverte, en marzo de 2019, al final de su libro “Una historia de España”.

Pedro Sánchez es presidente del Gobierno español desde el 18 de junio de 2017. La educación escolar y la cultura (exceptuando la de las dos Españas cainitas) son, tras más de ocho años de Sánchez, claramente peores que cuando Pérez-Reverte terminó su libro. Nuestro futuro asentado no se vislumbra, más bien todo lo contrario. ¿Pedro Sánchez, no se parece mucho, demasiado, a Berzelius Buzz Windrip? Me parece que sí, a pesar de que sin el legislativo (minoría en el Congreso) la capacidad ejecutiva del Gobierno Sánchez queda paralizada, con el dinero público que puede todavía manejar puede mantener una notable influencia judicial (Supremo, Fiscalía, etc).

Escribió Miguel Hernández y cantó Joan Manuel Serrat: “Para la libertad, sangro, lucho, pervivo”. Locke, en un plano más filisófico, con su intelectual pretensión de crear una sociedad más libre, escribió sobre el origen de la propiedad y de cómo la propiedad común deviene propiedad privada: ”El núcleo de la propiedad privada lo constituye el poder de convertir en privado lo que en principio es común. Como su persona solo le pertenece al sujeto mismo, el producto de su actividad, de su trabajo, será propiedad suya, pasa a pertenecerle…el propio individuo es el fundamento de la propiedad”. Y de la propiedad del individuo deriva su libertad.

 

 

 

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