El entrenador del Melilla Torreblanca C.F., Gustavo Bravo, analizó la primera derrota de su equipo en la Primera División Femenina de fútbol sala tras caer por 4-3 ante el Castro Bloques. El técnico argentino lamentó las numerosas bajas y contratiempos que condicionaron el encuentro, aunque destacó el esfuerzo y la imagen mostrada por sus jugadoras. No obstante, el equipo se marcha al parón liguero por el Mundial de fútbol sala como líder, y la competición se reanudará el 13 de diciembre, cuando las melillenses recibirán al Poio Pescamar, segundo clasificado y rival directo al que aventajan en tres puntos, con la oportunidad de retomar la senda de la victoria y ya con el equipo al completo, tras el regreso de las internacionales Amadinha, Ana Luiza y Emilly Marcondes.
El conjunto melillense, que hasta ahora marchaba invicto, sufrió las ausencias de sus tres internacionales brasileñas, la baja de Lydia por motivos laborales y la lesión de la guardameta Bia Da Silva. Además, los problemas físicos de Bia Souza redujeron las rotaciones y la rigurosa expulsión de Nega a los nueve minutos complicó aún más la situación. Pese a ello, el Torreblanca compitió con carácter y llegó a los últimos minutos con opciones de puntuar, encajando el tanto decisivo a falta de un minuto para el final.
En cuanto al partido, el entrenador de Melilla Torreblanca recordó las dificultades afrontadas desde el inicio: “Lo hablamos en la previa, ya que sabíamos que era un viaje difícil, un rival difícil, un campo complicado y, encima, con las bajas que se fueron sumando poco a poco. A las tres internacionales se unió la de Lydia por trabajo, y el jueves perdimos también a la guardameta Bia Da Silva por un golpe en el codo durante el entrenamiento. Así que pasamos de tres bajas a cinco antes del partido, y luego la expulsión de Nega, promediando el minuto diez, prácticamente nos dejó con seis jugadoras menos”.
Pese a las bajas, el técnico destacó el nivel competitivo de sus jugadoras. “Es una pena, porque competimos muy bien, estuvimos gran parte del partido por delante y llegamos al último minuto con empate. Por el esfuerzo y por cómo se dio todo, creo que el resultado más justo habría sido otro, pero no podemos reprocharnos nada. El esfuerzo fue máximo, la imagen fue muy buena y, teniendo en cuenta todas las bajas, más que reprocharnos deberíamos felicitarnos, aunque la realidad es que se perdió, y eso es lo que cuenta, así que toca levantarse”.
No obstante, Gustavo Bravo sacó una lectura optimista tras la disputa de la novena jornada. “Por suerte, tenemos el consuelo de que el resto de resultados nos acompañaron. Al final te vas al parón como líder, con tres puntos de ventaja sobre el segundo. Con el paso de los días creo que terminaremos de digerir la derrota y podremos disfrutar de unas buenas vacaciones. Volveremos con más ganas de trabajar, porque creo que estamos en el buen camino”.
Por último, sobre la planificación del equipo durante el parón liguero, el técnico melillense detalló el plan de trabajo hasta la vuelta a la competición en diciembre. “Tenemos seis semanas por delante. Hemos decidido que las dos primeras sirvan como descanso, aunque las jugadoras contarán con una rutina individual para mantener la forma física. En la tercera semana retomaremos los entrenamientos, centrados sobre todo en recuperar el tono físico. En la cuarta buscaremos equilibrar el trabajo físico con el técnico y táctico, mientras que la quinta será prácticamente dedicada a la técnica y la táctica. Finalmente, en la sexta semana prepararemos el partido de regreso, nada menos que ante el Poio Pescamar, segundo clasificado, al que recibiremos en casa”.
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