La Semana. MH, 03/11/2025
Por: J.B.
Definición de “circo” según la RAE (Real Academia Española), en su principal acepción: “Edificio o recinto cubierto por una carpa, con gradería para los espectadores, que tiene en medio una o varias pistas donde actúan malabaristas, payasos, equilibristas, animales amaestrados, etc”.
Sánchez compareció el pasado jueves ante una comisión de investigación del Senado que él mismo calificó allí mismo, sin ningún rubor (más bien con una sonrisa de alegría), de “circo”.
Muchos analistas, previamente y a posteriori de la comparecencia de Sánchez, pensaban (y piensan) que la comparecencia de Sánchez ante la comisión y la propia comisión no iban a servir de nada (tampoco valía para mucho hasta ese momento y, probablemente, tampoco valdrá para mucho después).
El PP perdió una nueva oportunidad de poner los últimos clavos al ataúd del “muerto viviente” que es Pedro Sánchez Pérez-Castejón
En un circo suele haber, como detalla la definición de la RAE, payasos, animales amaestrados, malabaristas y, como no, espectadores (los pobres españoles que sufrimos a Pinocho y los suyos). En el “circo” en que se convirtió (con Sánchez en el papel estelar de payaso mayor) la comparecencia del, de momento, presidente del gobierno, hubo, es cierto, de todo lo necesario para hacer un gran “circo”:
Hubo bastantes animales amaestrados (como suele haber en los circos), entre los que se encontraban, por ejemplo, el senador Gorka Elejabarrieta (EH BILDU/ETA) perteneciente/sustento a/de un grupo que, “hasta ayer“, era muy peligroso para cualquier gobierno de España (podríamos equipararlos, sin ser muy malos, con las hienas), que fueron a reír las gracias a su “amigo” benefactor y proveedor (con el claro y único objetivo de aguantar en el sillón el mayor número de días u horas posibles). Fue, como los de ERC o Junts, a reventar la comisión…
No sorprendió la tibieza de Junts (representada por el senador Eduard Pujol Bonell), que preguntaba a Sánchez con una candidez fingida: ¿Tienen corrupción en Ferraz?; Acaso esperaba que le dijera qué sí… lo que esperaba, y fue lo que hizo Sánchez, es que hiciera juegos malabares (otra vez el circo en escena) para acabar hablando del PP, de lo bien que lo hace su gobierno y su partido y de lo decentes que son.
Sánchez, haciendo el payaso y proyectando al mundo una España de pandereta, hizo un gran ridículo y, como afirmaban con sorna algunos periodistas en diferentes tertulias, no mintió (al menos no mucho) por primera vez en años, con el fin de evitar responsabilidades legales futuras
El peloteo rastrero de ERC (disfrazado de crítica), personificado en el senador Josep Queralt, que sacó el tema de Rodalíes como si tuviera algo que ver con lo que se debía tratar allí, fue sublime y rematado con un nuevo ataque, que se unía a los constantes de Sánchez durante toda su comparecencia, a la comisión: “No voy a entrar a calificar esta comisión, pero es de investigación del Antiguo Régimen, es decir, inquisitoria”. ¡Menos mal que no la iba a calificar!
El PP, representado por el senador Alejo Joaquín Miranda de Larra (hizo lo que pudo con las pocas armas que le dieron desde su formación, aunque nada o casi nada sacó al faltón Sánchez), perdió una nueva oportunidad de poner los últimos clavos al ataúd del “muerto viviente” que es Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
Los malabaristas, payasos y equilibristas no tuvieron necesidad de ir porque ya estuvo el sonriente Sánchez (sus evidentes nervios los ocultaba con risas y sonrisas constantes) para hacer las tres cosas.
Sánchez, haciendo el payaso y proyectando al mundo una España de pandereta, hizo un gran ridículo y, como afirmaban con sorna algunos periodistas en diferentes tertulias, no mintió (al menos no mucho) por primera vez en años, con el fin de evitar responsabilidades legales futuras. Es significativo que sus últimas reuniones para preparar la comparecencia entre sus cientos de colaboradores/asesores/ayudantes fuesen con abogados…
La comparecencia no sirvió, o sí… el tiempo lo dirá.
Si puedo estar de baja falsa constantemente, sin que me sancionen o despidan, eso es lo que haré
Sanidad pública maravillosa y gratis
Cada vez hay más españoles que usan la sanidad privada (los funcionarios la llevan de serie), lo que me lleva a un par de reflexiones:
- Si la sanidad privada está también cada vez más saturada (aunque las citas se cierran para periodos mucho más cortos que en la pública), ¿cómo es posible que nuestra maravillosa sanidad pública esté tan atascada?
- Creo que hay dos problemas de fondo en la sanidad pública (que hace que muchos se vayan a la privada, al no conseguir cita en meses): las constantes y descontroladas bajas (de nada sirve fichar a más médicos, enfermeros/as, auxiliares o celadores/as, etc., si los nuevos fichajes, como ocurre frecuentemente, se vuelven a dar de baja) y los bajos salarios. En mi opinión, para poder subir los salarios hay que controlar las bajas. Es falso que falte personal (hay muchas, muchísimas personas de baja, que cobran). Con que volviera la mitad de las personas de baja, el problema se solucionaría, pero no hay interés por controlarlas y el hombre aprende rápido: si puedo estar de baja falsa constantemente, sin que me sancionen o despidan, eso es lo que haré (encadenar una baja tras otra, como, por desgracia, ocurre con mucha frecuencia).
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