El arranque no fue sencillo. El conjunto melillense, todavía falto de rodaje tras una pretemporada corta e intensa, acusó la falta de automatismos en los primeros compases. El Bolaños, mucho más hecho y con un bloque que mantiene la misma base desde hace años, aprovechó para mandar en el marcador con rápidas transiciones y un juego vertical que sorprendió a la defensa local.
Sin embargo, tras el empate a siete, el Virgen de la Victoria comenzó a asentarse. Ajustó su defensa y en las ayudas centrales, y a partir de ahí todo cambió. La portería comenzó a responder, el equipo se encontró más cómodo en las salidas al contraataque y, en ataque posicional, la circulación de balón permitió abrir huecos por los extremos. Con esa fórmula, los de Ferré pasaron de ir a remolque a abrir la primera brecha seria del partido. El público, que empujaba desde la grada, disfrutó con un juego fluido y efectivo que llevó el marcador al descanso con un 18-12 muy prometedor.
Segundo tiempo
El regreso de vestuarios no rebajó el ímpetu melillense. Todo lo contrario, en la primera acción del segundo tiempo la ventaja ya era de siete tantos (19-12), un golpe de autoridad que dejó tocado al Bolaños. El conjunto manchego buscó la reacción, incrementando el ritmo de juego y forzando situaciones en ataque, pero nunca logró bajar de los cuatro goles de desventaja. Cada intento visitante encontraba la respuesta melillense, una buena parada, un robo oportuno y un lanzamiento certero a la portería.
La dirección de Francisco Morettin resultó clave para dar continuidad al juego ofensivo, encontrando siempre la mejor opción de pase. Además, la amplitud de banquillo permitió a Ferré mantener la frescura en pista, algo que contrastó con el desgaste visible de un Bolaños que fue perdiendo fuelle con el paso de los minutos. El Virgen de la Victoria supo interpretar los tiempos, administrando su ventaja y castigando con transiciones rápidas cuando se abría la oportunidad.
En la recta final, los locales llegaron a tener rentas de hasta nueve goles, aunque finalmente el marcador se cerró con un 36-29 que refleja tanto la superioridad del conjunto melillense como la calidad de un rival que nunca bajó los brazos.
El marcador cada cinco minutos muestra la progresión del dominio local: 2-3, 4-5, 6-7, 10-7, 13-9, 18-12 (descanso), 19-14, 21-17, 23-19, 26-22, 31-24 y 36-29.
Yusef destacó como máximo goleador con 7 tantos, seguido de Santi Bedoya (6), Simao (5), Braim (5), Morettin (4), Héctor Chicano (3), Rey (2), Benallal (2), Imad (1) y Amat (1).
La victoria supone un refuerzo moral para un equipo prácticamente renovado, que ha demostrado capacidad de adaptación y carácter competitivo pese al escaso tiempo de preparación. El propio Ferré reconocía que este triunfo tiene un valor especial, no solo por derrotar a un rival directo, sino por confirmar que el proyecto melillense tiene mimbres para crecer.