Luis Miguel Ruiz Narváez hace una valoración muy positiva de su rendimiento en Malasia, tras firmar una actuación sobresaliente en el IRONMAN 70.3 Desaru Coast, campeón en su categoría de edad y segundo en la clasificación general absoluta, en una prueba marcada por el calor extremo y la alta humedad. El triatleta melillense, aún recuperándose de una lesión de espalda que ha condicionado su preparación, resaltó que fue “una de sus carreras más duras, pero también más satisfactorias”, tras finalizar con un excelente crono de 4 horas, 24 minutos y 26 segundos, solo por detrás del ganador australiano, Jed Radbone, que firmó un crono de 4:13’01”, mientras que el tercer puesto fue para otro australiano, Assad Attamimi, con un registro de 4:27:22.
Ruiz Narváez comenzó valorando la estructura de la prueba y el nivel de participación: «El Ironman 70.3 son 1900 metros nadando, 90 kilómetros en bici y 21’1 kilómetors corriendo, es decir, una media maratón. En esta carrera no había categoría PRO, solo grupos de edad. Yo quedé segundo en la general, aunque no había premio oficial para eso. Lo importante es que fui primero en mi categoría».
A continuación, se refirió a su estado físico previo a la competición y las limitaciones que arrastraba: «Llevo bastante tiempo lesionado de la espalda y sin competir en triatlón. Solo he estado activo en ciclismo, en el circuito de la Federación de Ciclismo, que es lo que más o menos me permite la espalda. Estoy empezando otra vez a entrenar carrera a pie y natación, pero llevo poco tiempo. Incluso la bici de contrarreloj apenas la he tocado antes de esta carrera. Iba con mucho miedo”.
Sobre sus objetivos, explicó su principal meta en Malasia y el enfoque que adoptó durante la prueba: «Mi objetivo era clasificarme para el Campeonato del Mundo de IRONMAN 70.3 en noviembre, en Marbella. El calor y la humedad de Malasia eran temidos, así que decidí salir con una marcha menos, reservando fuerzas para el final. En la natación, por ejemplo, el agua estaba a 30 grados…».
A continuación, el triatleta melillense detalló la estrategia durante los distintos segmentos y cómo vivió el tramo más exigente: «La bici la hice fuerte, pero también reservando. Porque si me pasaba, con ese calor, no llegaba al final. Y en la carrera a pie fue un infierno. Jamás he pasado tanto calor ni tanta humedad. Me sentía como corriendo en una sauna. Mi mujer, Mónica, me iba dando referencias de tiempo y sabía que tenía margen, así que me centré en asegurar el podio para clasificarme. Pero fue durísimo”.
Finalmente, se mostró satisfecho y habló de sus próximos pasos en la temporada: «Dentro de lo malo lo pude disfrutar, porque sabía que mantenía la primera posición. Pero fue la carrera a pie más dura que he hecho por el clima. Ahora, estoy en otra parte de Malasia y no hace ni la mitad de calor. Me quedo unos días más por aquí y luego vuelvo a Melilla. Mis próximos objetivos pasan por planificar bien el Mundial, y si la espalda lo permite, hacer alguna prueba del circuito de ciclismo y de triatlón”, concluyó Luismi Ruiz.
