Por Victor Javier Becerra Martínez
Curiosidades de algunos residentes de la Casa Blanca.
Los presidentes de Estados Unidos para el mundo occidental siempre han sido tema de estudio y, por qué no decirlo, de espejo en el que se miran muchas de las élites políticas de la vieja Europa. Todos conocemos nombres como George Washintong, Kennedy, Truman o, el actual inquilo de la casa blanca, Donal Trump.
Algunos de esta larga lista de mandatarios americanos han transformado la forma de ver la vida y los juegos políticos desde el siglo XIX hasta el momento en el que usted lee estas humildes líneas escritas por este soñador de historias que le escribe. Pero no hay que dejarse eclipsar por la luz de sus nombres y adentrarse en las personas que encarnaban cada uno de ellos. Hoy vengo a contarles cosas curiosas que, en algunos casos, le dejarán absorto leyendo estas palabras o simplemente le sacarán una sonrisa si no la tiene ya dibujada en su rostro por ser amante de esta temática.
Pocos saben que la primera potencia económica y militar de nuestro tiempo, una robusta república de hombres libres, pudo no florecer en sus primeros días como tal ente político, sino como una nueva monarquía allende los mares. Esta decisión estuvo en la mano del primer presidente de Estados Unidos, George Washintong, cuando varios oficiales del ejército continental americano decidieron escribir una carta a su comandante en jefe expresando sus reticencias al congreso continetal y su deseo de verlo convertido en rey, en una nueva monarquía para la incipiente nación que se estaba creando. Todos conocemos su respuesta, un no rotundo. Era una persona fiel a sus ideas y éstas abarcaban la creación de una república, libre del yugo que le sometía la corona británica.
Otro personaje digno de ser resaltado en estas líneas es John Adams, el predecesor de G.Washintong. Era un buen abogado de la época, que llegó a ser presidente. Su figura ha sido eclipsada en parte por Washintong, pero cabe destacar que fue el primero en residir en la Casa Blanca junto con sus mujer Abigail. Una residencia que poco tiene que ver con el actual aspecto que nos muestran en la televisión. Era algo ruinosa, poco glamurosa y en los primeros días lúgubre y sin amueblar. Hay que destacar el gran amor que se profesaban él y Abigail, lo que hacía que la separación de ambos por motivos políticos fuese algo insoportable para John ,como así lo demuestran las cientos de cartas de amor que se conservan de la pareja.
Amor o admiración también se aprecian en la historia de la barba de Abraham Lincoln. Todos concoemos a Lincoln como una figura muy alta, de manos largas , muy largas , y una tupida barba. Detrás de esta barba se esconde una de las historias más curiosas del personaje, un personaje que no llevaba barba hasta recibir una carta de una encantadora niña llamada Grace Bedell. En esta carta le pedía a Lincoln que por favor se dejase barba para así mejorar su imagen, no era del gusto de la niña, parece ser, y si esto fuera así convencería a su familia para que lo votase. La niña aseguraba que con barba llegaría a ser presidente, pues sería más atractivo a las mujeres y estas hablarían bien de él a sus esposos. Cierto o no, Licoln se dejó barba y una vez siendo presidente viajó a agradecer esas palabras a Grace en persona.
Si quieren que les diga la verdad, este aura de poder que desprenden todos estos personajes que han ocupado la Casa Blanca puede dejarte sin defensas y causar mella en tu salud y esto pudo pasarle al 9º presidente en estar al poder de la nación de las barras y las estrellas, William Henry Harrison. Tuvo el honor -o la desgracia- de pasar a los libros de historia por tener la presidencia más efímera, solamente 32 días al frente de la nación. ¿La causa? Un resfriado mortal que le ocasionó una neumonía, acabando así con su mandato.No pudo hacer grandes cosas y dejó sumida a la nación en una gran crísis institucional.
También hay un lado oscuro, como siempre, en la historia de los presidentes de Estados Unidos. Todos sabemos que el cargo conlleva riesgos y uno de ellos es perder la vida, algo que ha pasado en cuatro ocasiones: Abraham Lincoln, James Garfield, Mckinley y el famoso Jonh F.Kennedy
Podría extenderme horas hablando de estos acontecimientos dramáticos y poco claros, que han dejado hueco a la imaginación de muchos, sacando diversas teorías de los magnicidios mencionados líneas atrás. Pero será mejor que lo abordemos en citas posteriores. Les aseguro que darán para escribir unas cuantas columnas muy interesantes.
Para terminar este encuentro y adentrándonos en presidentes más cercanos a su memoria y la mía, les subrayaré que solamente dos presidentes americanos han sido católicos, Kennedy y Joe Biden. El actual residente de la Casa Blanca, Trump, es cristiano, pero no se identifica con una comunidad cristiana en particular. Muchos lo enmarcan como presbiteriano, pero conociendo como conocemos a Donald Trump , déjenme que siembre mis dudas.
Les dejo ya tranquilos y les emplazo a otro momento. No seremos presidentes, o puede que sí, pero seguro que nuestras agendas se enlazan y volvemos a encontrarnos junto a una taza humeante para poder dibujarles otra vez la sonrisa que comienza a asomar.
“Nos podemos quejar porque los rosales tienen espinas, o podemos alegrarnos porque las espinas tienen rosas” Abraham Lincoln