El Libro Blanco de las Prácticas Académicas, de la REDFUE, propone mejoras para regular las prácticas, reforzar su enfoque formativo y mejorar su impacto en la empleabilidad juvenil
La Red de Fundaciones Universidad-Empresa (REDFUE) ha elaborado el Libro Blanco de las Prácticas Académicas, con propuestas como establecer «límites claros» en los convenios sobre las tareas de los estudiantes, garantizar su enfoque en el aprendizaje y reforzar la supervisión por parte de las autoridades educativas y laborales. También subraya la importancia de asegurar que las prácticas no sustituyan puestos laborales, promoviendo su valor formativo.
Propuestas
Coordinado por la Fundación Universidad-Empresa (FUE) y respaldado por diversas entidades, el documento busca ser una referencia clave en un «momento clave», en medio del debate sobre el «Estatuto del Becario» impulsado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Entre sus principales propuestas, recomienda integrar las prácticas en el currículo, fomentar el codiseño de programas, establecer una evaluación basada en competencias, certificar la formación de tutores y crear ecosistemas digitales que conecten instituciones educativas con empresas para mejorar la gestión de prácticas. También insiste en la necesidad de un marco normativo claro y un seguimiento más riguroso.
Confusión sobre las prácticas
El Libro Blanco responde a la «confusión generalizada» en torno a las «prácticas académicas», «formativas» y «no laborales», que se usan de «manera indistinta» y a menudo se confunden con «becas», lo que genera problemas en su regulación. Según el documento, «este desconocimiento afecta tanto a estudiantes como a entidades de acogida y gestores», dificultando la correcta aplicación de la normativa y reduciendo el impacto positivo de las prácticas.
El análisis legislativo incluye 12 reales decretos y 5 leyes desde 1981, además del informe europeo «Traineeships Under Youth Guarantee» (2018). También ofrece glosarios, tablas comparativas y criterios para detectar malas prácticas, facilitando la identificación de incumplimientos y el refuerzo de las medidas de control.
Beneficios para estudiantes, empresas e instituciones
El documento destaca el «papel fundamental» de las prácticas en la empleabilidad juvenil. Según estudios, los estudiantes con prácticas «incrementan en cuatro puntos la posibilidad de encontrar su primer empleo en menos de seis meses y reducen en ocho puntos el riesgo de desempleo a los cuatro años de graduarse». En la Formación Profesional, la modalidad dual es especialmente efectiva en la inserción laboral.
Las prácticas también benefician a las empresas, que «facilitan el acceso al talento joven y fomentan la innovación interna», y a las universidades, que «refuerzan su vinculación con el mercado laboral y actualizan sus programas» para ajustarse a las necesidades del empleo.
El Libro Blanco de las Prácticas Académicas busca mejorar la regulación, optimizar los procesos y garantizar que las prácticas sean una herramienta efectiva de formación y acceso al empleo, beneficiando a estudiantes, empresas e instituciones.