El Consejo de Ministros aprobará de forma oficial el reconocimiento del Estado palestino, tal y como adelantó ante el Congreso la semana pasada el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y lo hará en un momento en que el pulso dialéctico con Israel como resultado de esta decisión se está tensando. (Foto Europa Press).
El reconocimiento de Palestina, dijo entonces Sánchez, es un acto de paz, de justicia y de coherencia. «Ha llegado la hora de pasar de las palabras a la acción», sostuvo el presidente, recalcando que «por muchos muros que se levantan, por muchos pueblos que se bombardeen y por muchos asentamientos ilegales que se construyan, la tierra y la identidad de Palestina seguirán existiendo».
El anuncio de Sánchez se produjo de forma prácticamente simultánea al que hicieron los gobiernos de Irlanda y Noruega de que también reconocerán el 28 de mayo al Estado palestino. La respuesta israelí fue prácticamente inmediata: la llamada a consultas de sus embajadores en estos tres países y la convocatoria de sus embajadores en Tel Aviv en el Ministerio de Exteriores.
En el caso de la embajadora en España, Rodica Radian-Gordon, es prácticamente seguro que no regresará a Madrid, ya que concluía su mandato a principios de julio y el Gobierno israelí ya designó a su sucesor hace meses, el cual podría ahora tardar en incorporarse.
Los embajadores en Tel Aviv, incluida la española Ana María Salomon, fueron convocados al día siguiente, el jueves, en la sede del Ministerio de Exteriores, donde tuvieron que ver el vídeo del ataque terrorista de Hamás el pasado 7 de octubre contra Israel y, en un gesto inusual en diplomacia, fueron grabados durante la reunión. Asimismo, se les trasladó el mensaje de que el reconocimiento tendría consecuencias «graves».