La asociación ecologista ‘Guelaya’ ha pedido al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; a la de Transición Ecológica, Teresa Ribera, al secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán; y a la directora general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, María Jesús Rodríguez de Sancho, para que paralicen las obras de refuerzo del vallado fronterizo del Barranco del Quemadero y “se depuren responsabilidades”.
“Que se sepa qué ha ocurrido, que se sepa por qué no hay ningún informe medioambiental, porque tiene que haber un informe por ley por muy urgente que sea la obra, y que se depuren responsabilidades”, señala al MELILLA HOY Manolo Tapia, miembro de la entidad ecologista, quien afirma que estas mismas peticiones se la trasladaron a la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, en una reunión que mantuvieron con ella la semana pasada para conocer de primera mano los motivos de esta obra y solicitar una parada cautelar mientras se evalúan las mejoras técnicas disponibles para minimizar el impacto ambiental que ocasionan.
Sin embargo, lamentan que la respuesta que les ha ofrecido Moh “no les ha satisfecho” en ese sentido. “Nos trasladó que no se iba a utilizar hormigón, que no se iba poner el mallado (para que las aves sigan anidando)… Pero eso nosotros lo dábamos por hecho. Eso hubiera sido ya el colmo”, señala, criticando que no tenían “nada de información” sobre las obras que iban a llevar a cabo en el Barranco del Quemadero.
“Nosotros habíamos visto que se había abierto una gran zanja que había provocado un desmonte bestial por una retroexcavadora, por una oruga”, cuenta, relatando que la máxima responsable del Gobierno de España les había confirmado que los planes de Interior era colocar un mallado y echar hormigón, pero que habían reculado en dicha decisión y que iban a plantar Pinus halepensis.
“El que se quite lo vemos totalmente lógico, pero con eso no nos podemos contentar”, deja claro Tapia, aseverando que “se ha cometido un desmonte en un espacio de la Red Natura 2000’.
Entienden que se trata de “una zona de seguridad” y que los asuntos fronterizos y de seguridad son “prioritarios”, pero también apuntan que para lograr “un mismo objetivo hay muchas formas de actuar”.
“Y la delegada no supo explicarnos por qué esa retroexcavadora estaba desmontando medio acantilado arrasando con vegetación autóctona protegida y con el refugio de fauna de mucho valor ecológico que solo se encuentra en Melilla”, pone en valor, apuntando que Melilla es el “refugio” de seis especies de micromamíferos que solo están en la ciudad, y varios de ellos en “peligro de extinción por solo encontrarse en muy pocas ocasiones y no haberse evaluado todavía la población que tienen”.