La U.D. Melilla pondrá este sábado el punto y final a su stage de preparación en tierras murciana con el tercer y último encuentro que disputará ante el Atlético Baleares (10’00 horas) en las instalaciones del Pinatar Arena. Los melillenses afrontarán un exigente test al que llegan con buenas sensaciones, tras ganar su primer amistoso de la pretemporada ante el Orihuela C.F. por 1-0, tanto que consiguió José Antonio González.
Para este encuentro, Miguel Rivera, entrenador del Melilla, seguirá sin poder contar con los servicios del capitán melillense, Pepe Romero, y tendrá las dudas hasta último momento de Dani García, Sergio Pérez y Masogo. El primer se retiró en el tramo final del encuentro del pasado jueves con molestias muscular, el segundo también tuvo que abandonar el terreno de juego por un fuerte golpe en el costado y el tercero sufrió un golpe en el tobillo durante el partido, aunque ninguno reviste gravedad.
De cualquier modo, el preparador azulino no forzará a ninguno de estos jugadores, mientras que el resto de la plantilla estará a su disposición.
Para los baleares, que también se encuentran concentrados en San Pedro del Pinatar (Murcia), será su cuarto amistoso de una pretemporada, período de preparación en el que han cosechado dos empates, una victoria y una derrota, la sufrida el pasado miércoles ante el Atlético de Madrid B por 2-0.
Miguel Rivera
Por otro lado, el entrenador de la U.D. Melilla se mostró bastante contento con la primera victoria de su equipo en el stage de San Pedro del Pinatar (Murcia) ante el Orihuela C.F. por 1-0, después de haber perdido ante la A.D. Ceuta (1-0) y el UCAM Murcia (2-0), aunque indicó que hay que seguir mejorando en la jornada de este sábado ante el Atlético Baleares, “ya que afrontamos otra prueba de fuego ante otro rival de mucho nivel”.
Miguel Rivera aseguró que sus jugadores se habían propuesto, ante el Orihuela, “mostrar una situación muy diferente” que en el segundo amistoso ante el UCAM Murcia, “en ese compromiso que nos ha caracterizado durante toda temporada pasada, de intentar crecer en intensidad, en velocidad y en la definición”.
En este sentido, consideró que la U.D. Melilla hizo una “propuesta muy interesante ante un muy buen equipo”, pese a que es de la Segunda RFEF, que ha hecho una apuesta “muy importante por intentar pelear por el ascenso, y nosotros teníamos una deuda con nosotros mismos tras la disputa del encuentro ante el UCAM Murcia”.
Sin embargo, aseguró que después de analizar el encuentro ante el UCAM Murcia, “hemos sido muy autocríticos con nosotros mismos, sabiendo que cometimos un error grave que supuso un accidente que nos impidió sacar un resultado positivo, ya que fuimos totalmente dominadores en la segunda parte, salvo en ese accidente ya comentado”.
No obstante, destacó que su equipo sigue mejorando. “Seguimos creciendo con Migue García y Vinicius, y los jugadores jóvenes, como Marchena y Cantarero, van muy bien. Cantarero nos ha dado muy buenas sensaciones y Gnali va creciendo, mientras que Massogo nos ha enviado un mensaje de que es muy válido”.
En definitiva, el entrenador de la U.D. Melilla indicó que esta primera victoria de la pretemporada le vendrá muy bien a sus jugadores. “Estamos súper contentos porque creo que lo necesitábamos todos, el club, la ciudad y, por supuesto, el equipo, que está en el camino de seguir creciendo, pero este sábado tenemos otra prueba de fuego ante otro rival de mucho nivel”.
España no despierta de su sueño mundialista. Al equipo de Jorge Vilda le costó acabar con la resistencia de la campeona de Europa de 2017, sometida en los primeros cuarenta y cinco minutos en una gran versión del combinado nacional liderada por Jenni Hermoso y Mariona Caldentey, pero que encontró la prórroga en un despiste en el añadido y cuando las españolas acariciaban el billete y a partir de ahí se volvió una amenaza mayor.
Países Bajos apostó más por el juego directo, en buena parte para quitarse la buena presión de una España, cuyo tramo final de primera mitad fue óptimo.
Y tras el paso por vestuarios, España comenzó muy bien, con un afilado disparo de Esther González que se fue por poco y continuas llegadas al área rival, aunque con cierta falta de tino para haber sacado más partido.
Pero Países Bajos aguantó y poco a poco fue aprovechando los espacios que ocasionalmente dejaba la selección española en sus ataques. Y así llegó el susto en forma de penalti, finalmente anulado por Stephanie Frappart tras consultar el VAR.
Sin embargo, el panorama se abrió cuando se afrontaban los minutos decisivos con una inocente mano de Van der Gragt. El VAR avisó a la colegiada y el penalti lo transformó, con suspense, Mariona Caldentey. Pero con el marcador a favor, la ‘Roja’ fue un manojo de nervios y concedió más de lo que había hecho hasta entonces. Van der Gragt, ya descolgada como delantera, enmendó su error en el añadido y envió el partido a la prórroga.
En el tiempo suplementario, España fue la que sufrió. Ivana Andrés realizó un corte magistral y Beerensteyn tuvo dos muy claras para haber sentenciado. La neerlandesa falló y a renglón seguido Jenni Hermoso coronó su enorme partido encontrando la zancada de Salma Paralluelo para alargar el sueño. El martes, Japón o Suecia guardan la llave de la final.