Por Natalia Bocanegra
Hoy te hablo de todo lo que significa poner límites en tu vida, y lo primordial, quiero que entiendas que ponerlos es esencial para tu beneficio personal. Una pregunta que recibo todo el tiempo de diferentes clientes o amistades es la de… Natalia, ¿Cómo puedo poner límites? O me dicen, ¡No sé ponerlos! Y no importa si se trata de amistades, relaciones de pareja, de un Jefe o de los mismos familiares, que pueden en alguna ocasión invadir el espacio que deseas conservar.
El caso es que uno mismo no puede poner límites sin saber antes sus propios valores, y lo que realmente quiere y admite, o no quiere ni admite en su vida. Por eso te pregunto, ¿Cómo puedes aprender a poner límites, respetando tus espacios, sin culpa y sin quedarte con remordimientos? Me gustaría antes que comprendas, qué son los límites para poderlos aplicar.
Los límites son puntos de vista, decisiones, opiniones y criterios que van acorde con tu esencia y tus valores. A veces nos debemos preguntar si nosotros estamos en capacidad de respetar los límites de los demás. De hecho debemos tener coherencia con lo que exigimos, ya que, es simplemente exigir lo que nosotros damos.
¿Cómo sueles reaccionar cuando una persona que es muy importante para ti te dice que hoy no le apetece ver a nadie, incluyéndote a ti? O por ejemplo, ¿Y si esa persona te dice que, tres días de la semana quiere su tiempo para estar con amistades o quedarse solo/a leyendo o viendo una película? ¿O si te dice que a la fiesta a la que le has invitado, lo siente muchísimo pero, no le apetece ir? ¿Te sientes ofendido/a, te molesta y le juzgas? Si la respuesta es sí, te puedo asegurar que poner tus propios límites va a ser bastante difícil, ¡pero no imposible! Es decir, no podrás tener límites propios porque tu incapacidad de aceptar los límites de los demás es directamente proporcional a la de poner los tuyos propios.
Si quieres poner límites, si quieres que algo no te duela, si quieres realmente que entre en tu vida lo que te hace sentir bien, debes empezar a desarrollar la capacidad de aceptar los límites de los demás. ¡No te sientas mal por no saber “todavía” poner tus propios límites, o por no saber respetar “todavía” el de los demás! ¡Te aseguro que lo aprenderás! ya que esto se debe a varias vivencias, pero debes comprender primero esta pregunta; ¿Por qué nos cuesta poner límites? La razón es la misma supervivencia, porque los seres humanos estamos programados para pertenecer y ser incluidos o aceptados, por naturaleza, en diferentes sociedades, por eso entramos en una disyuntiva al querer complacer al resto para estar bien ante ellos, pero esto, es una simple protección o una máscara que te pone tu mente, para que seas admitido/a por ellos sin que te excluyan o seas rechazado/a, pero a la vez tu mente te dice que no estás bien, generándose así, una especie de incomodidad continua dentro de ti, por hacer lo que realmente, si lo admites, no te hace sentir bien a ti, sino al resto. Lo que ocurre, es que tu mente no quiere que tengas ese tipo de malestar que te pueden generar los demás al rechazarte y por eso prefiere que el malestar te lo proporciones tu solo/a ya que lo gestionarás mejor, aunque te duela, te dices que ese dolor lo gestionarás mejor. Esto simplemente ocurre porque al tomarte mal los límites de otros, te pones una barrera ya que, cuando vas a poner tus límites, piensas que a los otros pueden sentarle mal los tuyos. Puede parecer enrevesado, pero te lo puedo explicar mejor.
Un ejemplo de que no pones límites es que digas que sí, cuando realmente deseas decir no, o que en ocasiones hagas cosas por los demás simplemente por complacer a otros, que permitas que algunas personas tengan contacto físico contigo sin que realmente quieras y no lo disfrutes en absoluto, así sea un simple cogerte de la mano. Cuando realmente no quieres hacerlo, pero piensas que es tu responsabilidad el ceder a ellos, ahí se ve una clara evidencia de que no estás poniendo tus límites ni respetándote a ti mismo/a.
Te daré una clave para hacértelo más sencillo: La clave maestra para saber cuándo algo o alguien sobrepasa tus límites son tus emociones. Si te hace sentir realmente mal a ti, te hace sentir malestar, inconformidad, insatisfacción, que estas cediendo a hacer algo pero que, en el fondo sabes que no quieres, aunque tu mente te diga que es lo correcto y lo que deberías hacer, tu corazón te dice que no se siente bien porque no le gusta. Si hay una incoherencia y no están alineados mente/corazón es clarísima señal de que se ha traspasado un límite.
También está el sentimiento de culpa; por creencias y estándares ya establecidos en tu mente de hace tiempo, probablemente desde pequeño/a. Te puedo asegurar que una acción con dos intenciones diferentes produce dos resultados distintos. Un ejemplo de ello es decirle a una persona que no vas a ir a su evento porque en esta ocasión no puedes, pero que realmente la acompañarás en tus pensamientos ese día y le deseas que lo pase genial. ¡Esa es una acción con una intención clara! y el cómo se lo tome esa persona es algo de lo que no tendrás control ya que se escapa de tus posibilidades, por lo que soltar esa responsabilidad es primario para ti, el caso es que has actuado adecuadamente dentro de tus límites y sin la intención de lastimar a nadie, porque estás siendo amoroso/a contigo y con esa persona. En el caso contrario, podrías decirle que no vas a ir a su evento porque tienes cosas más importantes para ti que ese evento al que te ha invitado, esto es dar una respuesta que duele y no tiene ni una pizca de delicadeza. ¡No lo hagas!
Lo importante para poner un límite sin que te sientas mal por ello o tomando una buena decisión respecto al mismo límite es cuando lo pones para que no te duela a ti mismo/a, cuando lo pones porque hay algo que te hace daño y te das cuenta que brotan de ti emociones poco gratas, que te molesta y te duele, quebrándote la cabeza por ello. Entonces es cuando el límite hay que ponerlo, ya que ese mismo dolor te está diciendo que por ahí no, o que debes trabajar en ti, que debes poner barrera ante ello para tu bienestar emocional y personal. Piensa que el poner un límite es para que no te haga mal a ti, es que tú mismo/a estés bien, y no para fastidiar a nadie, ni para que sufra nadie, ni para devolverle una de las cosas malas que alguien te ha hecho. Si pones límites desde el amor a ti, desde parar ese dolor que te pueda causar si no lo pones, hará que no te arrepientas por ponerlo contundentemente. Pero si realmente lo que buscas poniendo ese límite está fuera de ti como por ejemplo es el hacer daño a otros, o por orgullo decir, ¡que se fastidie porque él/ella también me lo hizo en su día! pues siento decirte que ese límite no es bueno, no es un límite como tal, sino que es ego y orgullo lo cual te llevará por un camino con más obstáculos a atravesar y a la larga con más dolor.
Entonces te pregunto… ¿Desde dónde pones tus límites? ¿Desde el ego o desde el amor?
Te doy las claves resumidamente de todo lo que se refiere quererte y hacer que te quieran:
-Establece tus propios límites. Esto se hace monitoreando tus emociones. (Haz una lista de 5 cosas que no te gustan en este momento y deja de hacerlas desde el amor a ti mismo/a).
-Expresa tus límites con coherencia. Estar suficientemente consciente de que respetas los límites de los demás para empezar a poner los tuyos propios.
No te justifiques. Porque pierdes valor al hacerlo, no debes justificar nada de lo que hagas para tu bienestar poniendo tus límites desde el amor.
Respétalos y hazlos respetar. Si estableciste un límite observa y haz cumplir que nadie lo traspase ni quites ese límite pensando que no es para tanto.
Deseo que este espacio sea tan especial para ti como lo es para mí y te haya podido ayudar por pequeña que sea la misma. Un fuerte abrazo. Bendiciones. Gracias por tu atención. Si necesitas acompañamiento en tu proceso, puedo ayudarte contactándome en www.coachnataliabocanegra.es
Nota sobre la autora: Natalia Bocanegra. Escritora, Coach en Gestión e Inteligencia Emocional, Experta en Psicología Holística, Mindfulness y Psicología Positiva, Coach Ejecutiva y de Equipo.