Un buen número de melillenses ha participado en este via crucis de cada noche previa al inicio de la Semana Santa desde hace dos siglos llevando a hombros al Cristo del Socorro por todo el recinto amurallado
Hace justo 200 años, el Cristo del Socorro ayudó a la población de Melilla a ‘convencer’ a los tripulantes del barco que traían víveres desde la península de que no se dieran la vuelta pensando que la ciudad, que sufría entonces un asedio, ya no estaba en manos españolas. La imagen del entonces llamado Cristo de la Vera Cruz en las murallas de Melilla la Vieja obró el milagro y el barco, que ya se alejaba de la costa, volvió a poner rumbo a la ciudad con los alimentos que los melillenses tanto necesitaban.
Desde aquel momento, fechado en la historia en la primavera de 1823, Melilla siente devoción por esta imagen, que pasó a llamarse Cristo del Socorro y que, a partir de entonces, cada año, recorre las calles de Melilla la Vieja en un via crucis de acción de gracias cargado de sobriedad y emoción.
Con este rito, que acumula dos siglos solo interrumpida en 2020 por la pandemia, la Cofradía del Nazareno abre la Semana Santa cuando cae la noche en el Sábado de Pasión, solo unas horas antes del Domingo de Ramos. Un buen número de melillenses ha permitido este sábado que, un año más, Melilla cumpla con ella llevando a hombros al Cristo del Socorro por todo el recinto amurallado, dejando para el recuerdo estampas de gran belleza y alimentando una de las tradiciones con más historia de nuestra ciudad.
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