Cáritas suspende las colonias por segundo año consecutivo aunque mantiene sus funciones en Melilla

Pilar Illázquez, directora de Cáritas en Melilla

La pandemia ha aumentado el número de personas que demandan la ayuda de Cáritas en Melilla, así lo ha afirmado su directora Pilar Illázquez a este periódico. Las medidas sanitarias han modificado algunas de sus funciones, por lo que ahora atienden a los demandantes con cita previa, y se han visto obligados a suspender por segundo año consecutivo las colonias a las que acudían los niños de las familias que atienden. A pesar de las medidas sanitarias impuestas por la pandemia de covid-19, Cáritas en Melilla sigue realizando su función estando al servicio de los más desfavorecidos. Debido a las restricciones impuestas, atienden vía telefónica con cita previa a las personas que lo necesitan, tanto a las que ya tienen acogidas como a aquellas que llegan nuevamente. Sin embargo, de momento no realizan ningún tipo de visita presencial, aunque sí han llevado alimentos o medicamentos a aquellos hogares que atravesaban una mayor situación de vulnerabilidad.
“Atendemos todas sus necesidades, no solo para cubrir necesidades básicas o el alquiler de las viviendas, sino también en aquellos aspectos que cualquier persona necesita cubrir”, ha indicado Pilar Illázquez, directora de Cáritas.

También ha afirmado que desde el inicio de la pandemia ha aumentado el número de individuos y familias que solicitan su ayuda, ya sea por los ERTE, porque están recibiendo el paro o porque se acaban las prestaciones, lo que ha producido que aumenten el número de personas que requieren este tipo de apoyo económico.

Asimismo, ha destacado que también atienden las necesidades informáticas de sus usuarios, puesto que tienen un ciber a través del cual se encargan de solicitar citas para el SEPE, sobre la petición de becas, para la agencia tributaria Orange y otras muchas más que las personas solicitantes no pueden realizar por carecer de dichos medios informáticos.
“Nuestra función es llevar a cabo esta tarea sin cobrar nada a los solicitantes y que de otra forma tendría un coste para estas personas que no tienen medios. Además, hay que tener en cuenta que muchas de ellas no saben manejar estos medios informáticos ni desarrollar este tipo de gestiones”, ha destacado. Del mismo modo, ha indicado que estos procedimientos se llevan a cabo respetando siempre las medidas de seguridad y con una reducción de personas.

No realizan reparto de comida, sino que evalúan la situación de cada familia y hacen un seguimiento para atender sus necesidades y tras ello, les proporcionan un cheque para que puedan ir a supermercados a comprar los alimentos que consideren necesarios. “Se trata de familias que conocemos, que sabemos cuáles son sus necesidades y la situación en la que se encuentran”.

Para poder desempeñar estas funciones cuentan con dos convenios establecidos con la Ciudad Autónoma y la Consejería de Bienestar Social que están destinados al pago de alquileres y cubrimiento de necesidades básicas. Asimismo, ha explicado que aquellas familias que no entran dentro de esos convenios, son ayudadas con fondos propios, con donativos anónimos o con socios de la entidad.

Actualmente, Cáritas Melilla en total se compone por unos 10 o 15 voluntarios, ya que los de avanzada edad no han podido volver a formar parte de la ayuda directa porque se tratan de personas vulnerables y han decidido tomar esta postura.

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