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Sanciones de hasta 3.000 euros y orden de cierre para los locales que incumplan los horarios

La Ciudad Autónoma de Melilla ha anunciado que impondrá sanciones de hasta 3.000 euros y ordenará la clausura temporal o definitiva a los locales de hostelería que incumplan los horarios de cierre, después de haber detectado fiestas clandestinas en algunos de ellos que habían bajado sus persianas para aparentar que estaban cerrados.

El consejero de Salud Pública, Mohamed Mohamed Mohand, dijo ayer que esta medida es una de las nuevas normas que se han establecido para luchar contra la propagación del coronavirus ante la “determinada relajación” que se ha observado por parte de la ciudadanía, ante lo cual “los poderes públicos deben actuar en consecuencia”.
Mohamed Mohand recordó que los establecimientos hosteleros deben cumplir con los horarios de cierre, que es la una de la madrugada tanto para el local como la terraza de los encuadrados en el grupo 0; y las tres de la mañana para los grupos 1, 2 y 3 en el caso de los locales, mientras que las terrazas deberán cerrar, como máximo, a las dos.
El consejero se centró especialmente en los que se encuadran en los establecimientos que tienen licencia de bar discoteca, los cuales no pueden cerrar más allá de las tres de la madrugada, ya que “algunos han entendido que hay un horario oficial y otro extraoficial”, ya que “cerraban y, por dentro había fiestas como si fuera Estados Unidos en los años 20”.

“Esto no es un juego”
El consejero avanzó que los establecimientos que sean sorprendidos abiertos al público fuera del horario límite que tienen permitido tendrán un primer aviso por parte de la Ciudad Autónoma en forma de sanción, que puede llegar a los 3.000 euros, y en caso de que se reitere esta situación, las medidas serán una orden de cierre de 7 días en un segundo apercibimiento, y el cierre total en un tercero.
“No se pueden consentir fiestas secretas, que se cierre el local y en el interior aquello continuara como si no pasara nada. En medio de una pandemia, no”, dejó claro Mohamed Mohand antes de recordar que “esto no es el juego del gato y el ratón” porque se trata de evitar la propagación de un virus que ha provocado la muerte de casi 30.000 personas en España.
Aunque ya se han iniciado expedientes sancionadores, el consejero de Salud Pública señaló que, con esta nueva dinámica, el cómputo empezaba a contar de cero desde ayer viernes.
“Es fundamental que todo el mundo sea consciente de lo que estamos viviendo y hemos vivido. Asumir la situación debe ser la clave principal”, agregó Mohamed Mohand, que dijo haber asumido el papel de “ser el malo de la película” con estas medidas.
En cualquier caso, dejó claro que su objetivo es proteger la salud pública de los melillenses, algo en lo que no va a cesar, e incidió en que prefiere asumir ese papel de “malo de la película” a “tener que soportar una sola muerte” a sus espaldas.

Cierre de zonas para evitar aglomeraciones por el botellón

Otra de las medidas de la Ciudad Autónoma para frenar la “relajación” de la población es la continuidad del cierre durante este fin de semana de zonas donde habitualmente registran una importante afluencia de jóvenes para hacer botellón, como son el polígono industrial, la Hípica y las inmediaciones de Huerta Salama.
De esta forma, se pretende evitar grandes aglomeraciones de jóvenes, dado “el peligro” de contagio que ello conlleva, especialmente para los familiares de edad más avanzada, como son los padres y los abuelos, colectivo éste último al que ya se permite salir de las residencias porque “lo necesitaban después de muchos meses confinados”.
“Los jóvenes tienen que asumir que no se puede guardar el distanciamiento social en un botellón porque generan aglomeración y la propagación del virus, entre ellos nuestros seres queridos”, insistió el consejero tras apelar a la responsabilidad de cada uno.

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Redacción

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